De Iglesia a Sinagoga

A lo largo de la historia, cuando los judíos eran expulsados de los países donde habitaban era común que las sinagogas se transformasen en iglesias o mezquitas. Miles de sinagogas en el mundo árabe de Irak a Libia y de Túnez a Marruecos fueron transformadas en mezquitas una vez que los judíos abandonaron esos países entre 1948 y 1956. Asimismo, en España e Italia sinagogas fueron transformadas en iglesias a partir del siglo XIV. En la actualidad somos testigos de un fenómeno inverso y es que iglesias son vendidas para transformarse en sinagogas y mezquitas.

En virtud del declive del cristianismo y el florecimiento del islam es perceptible una tendencia en la cual iglesias se van transformando paulatinamente en mezquitas o edificios de oficinas.  Una de las razones de este proceso obedece al ingreso de inmigrantes de países musulmanes en distintos barrios lo cual trae como consecuencia el abandono de estos por parte de los habitantes originales. En la provincia de Frizland en Holanda se cerraron 250 de un total de 720 iglesias las cuales se transformaron o en mezquitas o en edificios de oficina. Entre los años 1990 y 2010 la iglesia evangélica alemana cerró 340 casas de oración. Hace cuestión de unos años la iglesia luterana de Hamburgo fue adquirida por la comunidad musulmana y es así como está cambiando el panorama de los edificios religiosos en Europa y el mundo.

Hace cuestión de unas semanas visité la sinagoga Bnei Tzión en la ciudad de Miami y a la entrada de ésta hay un cartel que dice: “Sitio histórico, este edificio fue declarado de interés en el año 2010. Originalmente construido en 1962 como la ´Iglesia Luterana Unificada de la Revelación´ de Miami Beach y en 1977 se transformó en la Sinagoga (Temple) Bnei Tzión”

Tal como es común en temáticas delicadas, los eruditos de la halajá han expresado más de una idea a este respecto. Uno de los que se expresó ante esta interrogante es el Rabino Moshé Fainstein quien dejó en claro que tiende a no estar de acuerdo con esta práctica: “esto que se acostumbra a hacer en América de transformar sus casas de oración en sinagogas … no me parece correcto pues me parece improcedente para con el cumplimiento del precepto… y por lo tanto si bien no es mi intención prohibir el ingreso a los edificios que ya fueron transformados de acuerdo con la opinión de sabios y eruditos y tampoco considero que corresponda prohibirlos a posteriori… de todas maneras de mi boca no saldrá una autorización para esta práctica. Empero en un caso como este en el cual el edificio ya fue derruido y las paredes remanentes no quedarán iguales ya que deben pasar una seria reforma y por lo tanto no quedarán tal cual son hoy es posible permitirlo” (Igrot Moshé I 49). El permiso que dio el Rabino Fainstein sólo aplica cuando las paredes mismas del edificio son también transformadas y por lo tanto se trata de una nueva edificación, empero a posteriori se puede rezar en una iglesia que fue transformada en sinagoga.

El Rabino Fainstein se ocupa también de una pregunta vinculada a la adquisición de un edificio que fue iglesia y fue destruido, caso en el cual el Rabino propone una solución sumamente creativa: “mientras el nuevo edificio esté en construcción no deberá ser consagrado a sinagoga sino a servir para usos mundanos, y solamente una vez que esté reconstruido y su aspecto haya cambiado que sea consagrado para uso sinagogal”. Esto implica hacer el pasaje de iglesia a sinagoga en dos etapas. En un primer paso transformar la construcción en un edificio de uso común y recién después de que se le haya hecho un cambio sustantivo transformarlo en sinagoga.

A mediados del siglo 19 se envió desde Estados Unidos una consulta al Rabino Shaúl Natanzon, rabino de la ciudad de Lemberg, eminencia halájica y autor del libro de responsa “Shoel Umeshiv” (1808-1875). La consulta giraba en torno a la adquisición de una iglesia protestante para que fungiera como sinagoga. De su respuesta queda claro que el Rabino no conocía iglesias carentes de estatuas o imágenes. En Galizia existían únicamente iglesias católicas romanas o griegas ortodoxas, ambas dos incluyen en sus edificios estatuas y/o imágenes.

Tal como es sabido, existen profundas diferencias entre el rito católico u ortodoxo y el protestante que surge como oposición ideológica a algunas conductas de las primeras. Una de las diferencias es que el protestantismo se abstiene de usar estatuas, imágenes, íconos y otros objetos de culto. Entre los protestantes no se divisan a primera vista señales de culto idólatra. Por ello el Rabino Natanzon en su respuesta describe detalladamente este tipo de iglesia que le es desconocida: “Llegó a mí una carta proveniente de la ciudad de Nueva York en América de su eminencia el Rabino Mittelman quien me consulta respecto de un edificio que un inicio era una residencia particular y luego fue transformada en iglesia y en virtud de la gran concurrencia hubo que tirar abajo las paredes y ampliarlo … en esta iglesia acostumbran a recitar plegarias a aquél hombre y danzan en su honor y luego uno de los presentes disertaba maravillas sobre el antes mencionado y al concluir su homilía volvían a cantar y a danzar , y son llamados protestantes los cuales rezan sin imágenes ni estatuas… y en mi humilde opinión si el edificio no tenía ni estatuas ni imágenes es posible transformarlo en Beit Midrash y considero que es preceptivo hacerlo y santificar así el Nombre Divino” (Responsa Shoel Umeshiv primera edición, III 72).

Es interesante notar que el Rabino Shaulzon no solamente permite adquirir el inmueble cristiano a los efectos de transformarlo en sinagoga, sino que además ve en ello la santificación del Nombre Divino. ¿A qué se refiere? ¿Quizás por la eliminación de la idolatría del mundo? ¿Quizás porque se trata de una nueva sinagoga? ¿O porque implica pasar un edificio del lado de la impureza al de la pureza? ¿Quizás porque de esa manera se estaría cumpliendo la profecía bíblica ´Mi santuario será casa de oración para todas las naciones’? Y quizás por todas las razones conjuntamente.

El Tzitz Eliezer distingue entre adquirir una iglesia para transformarla de modo permanente en sinagoga y el alquiler temporario de esta a los efectos de poder rezar: “Cuando compramos o arrendamos una casa por muchos años de manos de un idólatra, dejamos sin efecto su esencia anterior… cambiando su nombre lo cual no ocurre en nuestro caso (alquiler) por cuanto que el edificio mantienen su denominación y nosotros arrendamos un par de salas por unos días solamente e inmediatamente retornan a su uso anterior… se debe evitar proporcionar ganancias económicas a estos sitios… y no hay mayor vergüenza que rezarle a HaShem entre esas paredes y de seguro no habrá de recibir la oración que surge de un sitio así…y no es esta la voluntad del Rey de Reyes…”

El Rabino Asher Weiss Shelit”a autor de la responsa “Minjat Asher” fue consultado respecto de la adquisición de una iglesia a bajo precio para transformarla en sinagoga: “se trata de una pregunta simple,… no se trata de una iglesia católica sino de una protestante y de una corriente dentro del protestantismo que se opone fervientemente al uso de imágenes e incluso para ellos la cruz es de carácter únicamente simbólico ya que no la adoran. Ya se debatió anteriormente respecto de si el cristianismo es o no una religión idólatra, de todas maneras en el caso de esta corriente cabe adoptar una actitud más flexible… por supuesto que de existir una alternativa más razonable es preferible pero dadas las circunstancias y la carencia de otra solución en mi humilde opinión cabe respaldarse en la opinión del Maguén Abraham, y ya dijo la Mishná Berurá que es costumbre flexibilizar el criterio lo cual sumado al hecho de que no se trata de un edificio que sirvió a culto de ídolos o imágenes corresponde actuar en concomitancia con la opinión de la responsa Igrot Moshé en cuanto a que debe consagrarse como sinagoga únicamente con posterioridad a la reforma edilicia”.

En el futuro esta interrogante se verá resuelta cuando se cumplan las palabras del profeta: “Entonces daré a todas las naciones una lengua única y pura para que todos invoquen a D´s y le sirvan con un solo consentimiento” (Sofonías 3:9).

Por Rabino Eliahu Birnbaum