“Tus ojos son palomas: Tal como la paloma vuelve a su casa, así es Israel. Tal como dice en Oseas 11:11: ‘Como una paloma de la tierra de Asiria’. Ésas son las diez tribus. ‘Y les haré habitar en sus casas, palabra de D’s’.” (Shir Hashirim Rabá, 4).
En las próximas semanas, los artículos de “Los judíos de mi mundo” hablarán de uno de los grupos más apasionantes del mundo judío: los Bnei Menashé del nordeste de la India. En este caso, pareceríamos contar con más pruebas que en otros, sobre sus lazos con el pueblo judío y su condición de descendientes de la tribu de Mensahé, exiliada de la Tierra de Israel. Pero antes de exponer a los lectores la historia de esta tribu, trataré de explicar las diversas posturas con respecto al retorno de las diez tribus en nuestro tiempo y su importancia para Israel. Este tema se repetirá en dos artículos más sobre “los judíos de mi mundo”.
Hoy en día tenemos la sensación de que la ubicación geográfica y espiritual de las diez tribus es algo legendario, pero en tiempos de nuestros sabios todavía se lo consideraba un tema real y se sabía indicar el lugar en el que se encontraban. La Guemará (Maséjet Yebamot 16 b – 17 a) cita a Rav Asi: “Un idólatra que se compromete en matrimonio en estos días, se recela de ese compromiso por temor a que sea de las diez tribus. ¿Pero acaso la raíz no se desprende de la mayoría? Rav Asi se refería al lugar en que se encuentran, tal como dijo Rabí Aba Bar Kahana: ‘Los estableció en Khalakh y en Habor, junto al río Gozán y en las ciudades de los medos’. Khalakh es Hilzaón, y Habor es Kedaiev; el río Gozan es Ginezk y las ciudades de los medios son Hamdan y otras similares; hay quienes dicen que es Nihar y otras similares. ¿Cuáles otras? Shmuel dijo: ‘Las ciudades de Hidki y Domki’.”
También la Guemará (Maséjet Sanedrín 84 a) cita el lugar de exilio de las diez tribus, pero se limita a identificarlo con precisión: “¿Adónde las desterraron? Mar Zutra dijo: A África. Rabí Hanina dijo: A los Montes Slog”. HaMaharal (Nétzaj Israel, Cap. 34) trata de descubrir el sitio particular en África: “Y aún está por verse qué significa, si al principio se exiliaron en África, no es la que nosotros conocemos, sino un lugar detrás de las montañas tenebrosas. También ese lugar se llama África, tal como ha quedado demostrado en el Tratado de Tamid”…
También el midrash, en Yalkut Shimoni (sobre el Libro de Isaías 49:2, 469) cita el lugar de exilio de las tribus y qué les sucedió: “Las diez tribus tuvieron tres exilios: una parte en el Sambatión; otra antes del Sambatión y así como hay un espacio desde la Tierra de Israel hasta el Sambatión, también lo hay desde el Sambatión hasta allí; y la otra se exilió en Dafna de Ravlata y allí desapareció”.
Para nosotros, la pregunta crucial no es qué sucedió con las tribus, sino qué sucederá con ellas. ¿Acaso nuestros sabios y profetas nos prometieron que habrían de retornar al judaísmo? Está claro que nuestros sabios y profetas nos anunciaron el retorno de las tribus judías exiliadas de nuestra tierra tras las montañas tenebrosas.
En Maséjet Sanedrín 110, b la Guemará analiza el futuro de las diez tribus en palabras de Rabí Akiva y Rabí Eliezer: “Mishná: Las diez tribus no retornarán, tal como dice en Deuteronomio 29:27: ‘Para arrojarlos a otras tierras, como hoy. Así como el día se va para no volver, también ellos se van y no regresarán’ (Rabí Akiva). Rabí Eliezer dijo: ‘Como hoy: Así como el día se oscurece e ilumina, también las diez tribus que están en las tinieblas volverán a iluminarse en el futuro’ (véase también Tosefta 13; Yalkut Shimoni 1, 960 con algunos cambios).
También Tosafot Yom Tov adhiere a la interpretación de Rashi y agrega: “‘Ésta es la tierra que dividirán por suertes entre las tribus de Israel como herencia, y ésas son sus porciones, dice D’s’ (Ezequiel 48:29). Ésta es la prueba absoluta de la reunión de nuestras diásporas desde los cuatro confines de la tierra. Ya lo dijo Rabí Akiva en 110 b: ‘Las diez tribus no retornarán’… es decir, la generación que marchó al exilio, como dice Rashi… Por ello no debe asombranos lo que dice Ezequiel, que al final del libro escribió sobre la tierra que se dividiría entre las doce tribus”.
Para Rabí David Ben Zimra (Responsa, Orjot Haim 85), en quien nos basamos en todos los aspectos de la Halajá y con respecto a la condición halájica de los judíos de Etiopía, la situación es clara y explícita: “Aunque según la primera interpretación de la Guemara Rabí Akiva se opone, dos tanaítas discrepan con él, Rabí Eliezer y Rabí Shimón Ben Yehuda de Kfar Ako, en nombre de Rabí Shimon. Por eso creo que habrán de retornar y que tienen parte en el mundo por venir”.
Cuando se preguntaba a Maimónides sobre este tema, respondía en sus cartas: “Con respecto al tema de las tribus, debéis saber que es un tema real y que esperamos su retorno. Están ocultos detrás de las montañas tenebrosas y el río Gozen y el río Sambatión. Y este río ciertamente arroja arena seis días a la semana y descansa el séptimo día. En tiempos del anciano justo y piadoso Avi Aba z”l ya habían traído un pomo con arena, que se movía seis días a la semana y descansaba el séptimo. Estas cosas son verdaderas porque en algunas ocasiones se aparecen a unos pocos (Recopilado en 5658).
En su comentario a Ezequiel 37:19, el Malbim (Rabí Meir Leibush Ben Yehiel Mijal) habla del retorno de las tribus como parte del proceso de redención y reunión de diásporas: “En el fin de los días se reunirán las diez tribus perdidas y dispersas bajo la bandera de Yosef, el Mesías Ben Yosef que reunirá a los dispersos”.
El Rabino Yehuda León Askenazi (Manitou) z”l escribió sobre el retorno de las tribus en nuestros días: “En el fin de los días habrán de ser nuevamente aceptados en el pueblo judío”. Son judíos según la Halajá y hay que aceptarlos como tales. Lo hemos olvidado durante el exilio, y debido a que hoy en día nos regimos de acurdos a las normas de los Tribunales Rabínicos de la diáspora, surgen muchos problemas al respecto. Es obvio, que la situación no permanecerá así eternamente, y está claro que se requiere un revolución para que el pueblo judío siga existiendo” (del Libro del Mesías, Primera parte, “La reunión de las diez tribus”).
Si bien se pueden citar muchos versículos e intérpretes diferentes, no podemos explayarnos más. Lo que si me gustaría, es volver a la fe sencilla y auténtica que nos fuera prometida por nuestros sabios y las grandes personalidades judías: “Que no se aparte a los desterrados”.
También Tosafot Yom Tov adhiere a la interpretación de Rashi y agrega: “‘Ésta es la tierra que dividirán por suertes entre las tribus de Israel como herencia, y ésas son sus porciones, dice D’s’ (Ezequiel 48:29). Ésta es la prueba absoluta de la reunión de nuestras diásporas desde los cuatro confines de la tierra. Ya lo dijo Rabí Akiva en 110 b: ‘Las diez tribus no retornarán’… es decir, la generación que marchó al exilio, como dice Rashi… Por ello no debe asombranos lo que dice Ezequiel, que al final del libro escribió sobre la tierra que se dividiría entre las doce tribus”.
Para Rabí David Ben Zimra (Responsa, Orjot Haim 85), en quien nos basamos en todos los aspectos de la Halajá y con respecto a la condición halájica de los judíos de Etiopía, la situación es clara y explícita: “Aunque según la primera interpretación de la Guemara Rabí Akiva se opone, dos tanaítas discrepan con él, Rabí Eliezer y Rabí Shimón Ben Yehuda de Kfar Ako, en nombre de Rabí Shimon. Por eso creo que habrán de retornar y que tienen parte en el mundo por venir”.
Cuando se preguntaba a Maimónides sobre este tema, respondía en sus cartas: “Con respecto al tema de las tribus, debéis saber que es un tema real y que esperamos su retorno. Están ocultos detrás de las montañas tenebrosas y el río Gozen y el río Sambatión. Y este río ciertamente arroja arena seis días a la semana y descansa el séptimo día. En tiempos del anciano justo y piadoso Avi Aba z”l ya habían traído un pomo con arena, que se movía seis días a la semana y descansaba el séptimo. Estas cosas son verdaderas porque en algunas ocasiones se aparecen a unos pocos (Recopilado en 5658).
En su comentario a Ezequiel 37:19, el Malbim (Rabí Meir Leibush Ben Yehiel Mijal) habla del retorno de las tribus como parte del proceso de redención y reunión de diásporas: “En el fin de los días se reunirán las diez tribus perdidas y dispersas bajo la bandera de Yosef, el Mesías Ben Yosef que reunirá a los dispersos”.
El Rabino Yehuda León Askenazi (Manitou) z”l escribió sobre el retorno de las tribus en nuestros días: “En el fin de los días habrán de ser nuevamente aceptados en el pueblo judío”. Son judíos según la Halajá y hay que aceptarlos como tales. Lo hemos olvidado durante el exilio, y debido a que hoy en día nos regimos de acurdos a las normas de los Tribunales Rabínicos de la diáspora, surgen muchos problemas al respecto. Es obvio, que la situación no permanecerá así eternamente, y está claro que se requiere un revolución para que el pueblo judío siga existiendo” (del Libro del Mesías, Primera parte, “La reunión de las diez tribus”).
Si bien se pueden citar muchos versículos e intérpretes diferentes, no podemos explayarnos más. Lo que si me gustaría, es volver a la fe sencilla y auténtica que nos fuera prometida por nuestros sabios y las grandes personalidades judías: “Que no se aparte a los desterrados”.
Rabino Eliahu Birnbaum