La etnia gitana y su origen histórico no son suficientemente conocidos. Quienes pasean por Europa y diferentes partes del mundo están acostumbrados a ver mujeres gitanas vendiendo sus mercancías en la calle, pidiendo limosnas u ofreciendo servicios de adivinación; al tiempo que a los hombres gitanos es dable verlos tocando instrumentos musicales o cantando. Sin embargo, es poco sabido que durante la segunda guerra mundial cientos de miles de gitanos fueron asesinados en Auschwitz y diferentes campos de exterminio nazi ni que ellos se consideran descendientes de las diez tribus perdidas que se desprendieron del pueblo de Israel.
Los gitanos son una nación carente de territorio y caracterizada por el nomadismo. Están dispersos a lo largo y ancho de cuatro continentes y carecen de conexión territorial o política a país alguno. Es difícil estimar su población por cuanto que no se han sometido a un censo ordenado pero se estima que hay en el mundo entre 6 y 14 millones de gitanos. Aparentemente, el origen de los gitanos es en el subcontinente hindú, y como eran artesanos y dominaban diferentes oficios fueron llevados por los ejércitos de conquista tátaros Europa en el siglo XIV para prestar servicios a las tropas. Los gitanos solían adoptar la religión y el idioma del país al que llegaban, de modo tal que en países católicos profesan el catolicismo y en países islámicos el islam.
Los gitanos poseen un sinnúmero de denominaciones. En hebreo se les conoce como “tzoanim” que significa oriundos de la ciudad de “Tzoán” la cual según la Biblia se encuentra en la tierra de Egipto (Salmos 78:12). Por esta misma razón, en otros países se les denomina “Gypsy” que significa originarios de Egipto. Sin embargo, muy probablemente se trate de un error sumamente común que carece de asidero histórico, pues de acuerdo a lo que se sabe en la actualidad muy probablemente sean originarios de la India. Incluso el idioma más hablado entre los gitanos actualmente, el romanesco, indica un vínculo idiomático con las tierras hindúes. En diferentes países los gitanos recibieron nombres variados, como por ejemplo “atingani” en griego, “zíngaros” en los países balcánicos, “gitanos” en español, “gitaine” en francés, “tártaros” en alemán, “sinti”, “romani” y más. Actualmente los gitanos prefieren ser llamados “romaníes” que en su lengua significa ser humano.
Tanto durante la conversación con el sacerdote como durante la lectura del libro surgen ciertas similitudes entre la etnia gitana y el pueblo judío pero el texto está escrito en un estilo bíblico profético y es en esos términos que expone el vínculo entre ambos pueblos. Según este libro, la historia bíblica del pueblo de Israel debe ser leída asumiendo que se trata de la cronología de los gitanos y de esa manera se revela la verdad Divina sobre el origen judío de esta etnia. Para ellos, la revelación de la verdad Divina de entre las páginas de la Biblia tiene más fuerza y contundencia que cualquier hallazgo científico, lingüístico, histórico y demás. El sacerdote me dijo que en su opinión las tribus perdidas no deben ser buscadas mediante herramientas historicistas sino únicamente con la Biblia, que es el libro por medio del cual Dios procura revelarnos Sus secretos respecto del sitio donde se encuentran las tribus de Israel, al punto de que si habremos de saber buscar correctamente, veremos claramente que los gitanos son las mismísimas tribus que se separaron de la nación israelita largo tiempo atrás.
La similitud entre los gitanos y los judíos tiene expresión en un pasado común de sufrimiento, en el carácter errante de ambos, yendo de un confín a otro de la tierra, en habitar tiendas, en haber sido perseguidos y asesinados durante el holocausto nazi y encontrarse actualmente en decrecimiento numérico. ¿Acaso existe en el mundo entero otro pueblo con una existencia tan parecida a la judía como el gitano? Ellos consideran que no existe en el mundo otro pueblo que sea tan fiel reflejo de la nación judía y entienden que las profecías bíblicas también se manifiestan en su historia.
No existe en la actualidad otro pueblo tan disperso y diseminado entre las naciones como el gitano. Quienes creen en el origen judío de los gitanos interpretan los versículos del libro de Ezequiel (36:19) como referentes a un pasado común de estos y las diez tribus: “Y los esparciré entre las naciones y los diseminaré entre las tierras…”
El sufrimiento de los gitanos se prolonga desde la inquisición al holocausto igual que en el caso de los judíos. Fueron perseguidos no menos brutalmente que nosotros y ellos creen que existe incluso una cierta cercanía entre las fechas en las que fuimos perseguidos los unos y los otros. Por ejemplo, los judíos fuimos expulsados de España en 1492 y los gitanos en 1499. El holocausto no obvió a la nación gitana y fueron asesinados por cientos de miles. Se estima que el número de gitanos exterminados en el holocausto ronda entre el medio millón y el millón y medio. La razón de la inexactitud del dato radica en que no todos los gitanos estaban anotados en los registros oficiales de población de los diferentes países de Europa. Aquellos que sostienen descender del pueblo judío ven en el hecho de que ambas naciones son perseguidas por igual una señal Divina, así como también de que los alemanes vieron en los gitanos judeo-descendientes por lo que decidieron exterminarlos.
Costumbres judías y gitanas
La similitud entre los judíos y los gitanos no está conformada únicamente por el paralelismo de sus vicisitudes históricas sino también por ciertos parecidos en sus costumbres y tradiciones. Según los gitanos que se consideran judeo-descendientes, en el pasado, cuando eran parte del pueblo de Israel cumplían completamente con la observancia de los preceptos de la Torá. Sin embargo con el correr de los años y en virtud de las influencias que sobre ellos ejercieron otras naciones y otras religiones la observancia se fue desdibujando conservándose únicamente una serie de costumbres hasta el día de hoy.
Ellos mencionan, por ejemplo, el respeto a los ancianos de la congregación que fungen como consejeros de la comunidad. En cada grupo gitano existe lo que ellos denominan en su lengua “Kriss” o consejo de ancianos. Este consejo funge como tribunal para temas comunitarios en el área de la familia o en temas económicos e incluso posee la facultad de multar y hasta castigar a los infractores en caso de necesidad. La estructura social gitana es hasta el día de hoy tribal y la jerarquía familiar se establece según criterios bíblicos.
Los gitanos se abstuvieron en todas las épocas y hasta el presente de la exogamia. Ellos creen que de esa manera cumplen con lo que ordena la Torá (Deuteronomio 7:3): “Tampoco te emparentarás con ellos, no darás tu hija a un hijo de ellos ni una hija de ellas tomarás para tu hijo”. Ellos siempre se percibieron como un pueblo separado de las demás naciones y religiones y acostumbran a denominar a los no gitanos con el nombre de “gadzio” o “gadzia” tal como los judíos denominamos a los gentiles “goi” o “goiá”.
Existe similitud también en las costumbres referidas al luto. El deudo guarda “shivá” por una semana en honor al fallecido, durante esos días no se corta el pelo ni se afeita, se sienta en el suelo y es visitado por amigos, familiares y demás miembros de la congregación. Los gitanos acostumbran a cuidarse de la impureza de la muerte y si la persona muere en la casa se retiran de esta todos sus enseres personales.
Los gitanos cuidan una dieta especial diferenciando entre alimentos permitidos y puros (“wudzu”) y prohibidos e impuros (“marima”), y además es interesante destacar que en el lenguaje gitano existen una serie de vocablos que guardan gran similitud con el idioma hebreo.
No todos los gitanos creen descender de judíos y algunos hasta temen reconocerlo. Los gitanos que se consideran descendientes de israelitas no piden retornar al pueblo judío, convertirse o inmigrar a Israel. Ellos están firmes en su fe cristiana y al mismo tiempo se enorgullecen de su ascendencia judía.
No tengo elementos para determinar si hay un núcleo de verdad histórica en su creencia de que descienden del pueblo de Israel, pero me emociona y maravilla cada vez como la primera cuando me encuentro, en estos últimos años, con grupos humanos, pueblos, sectas o tribus que procuran demostrar un vínculo con el pueblo judío. En mi opinión se trata de un fenómeno espiritual que nos abre una ventana de oportunidades histórica que no se con certeza hasta cuando se mantendrá abierta. Se está llamando a la puerta del pueblo judío y no creo que se trate de un fenómeno sempiterno.
Por Rabino Eliahu Birnbaum