¿Por qué los judíos denominaron a Amsterdam, “el lugar”, “el país” y “la nueva Ierushalaim”?
La comunidad de Amsterdam es una de las comunidades más importantes y famosas de la historia judía, la cual dejó su sello en todo el mundo judío desde el siglo XVII. Amsterdam era, sin duda alguna, la ciudad de la sabiduría y de la Torá, en un solo lugar. Durante los trescientos años de existencia de la comunidad, nacieron y llegaron a ella, varios personajes religiosos e intelectuales, los cuales dejaron su sello en la ciudad y en el mundo judío. En el siglo XVIII, la comunidad de Amsterdam era considerada la más importante comunidad de Europa, tanto a nivel espiritual como a nivel general. En la ciudad había varias imprentas judías, las cuales se ocupaban de propagar la Torá de sus sabios en toda Europa y en todo el mundo judío.
Entre los sabios de la comunidad y los famosos personajes, es imprescindible mencionar a Menashé Ben Israel, descendiente de anusim, de alto nivel intelectual, el cual hizo que el Rey de Inglaterra abriera las puertas a los judíos, el “Jajam Tzví”, el Rabino Ariel Leib de Kalish, Rabi Moshe Rivkish autor del libro “Beer Hagolá”, quien llegó de Polonia. También grandes sabios como el Ramjal y el Jidá pasaron por la ciudad y enseñaron allí durante distintas épocas. Y por supuesto las figuras que fueron tan criticadas en Amsterdam y en el mundo judío, Uriel da Costa hombre de fe y filósofo el cual fue excomulgado junto con su amigo Espinosa, el cual es conocido como uno de los filósofos judíos más importante del mundo.
Los judíos solían llamar a Amsterdam, a lo largo de las generaciones, “makom” (lugar) ó mejor dicho “mokom” en Idish. Hay quienes la llamaron “Ierushalaim Occidental” ó “la pequeña Ierushalaim” ó “la nueva Ierushalaim”. Otros tomaron coraje y la llamaron “el país”. Todos estos términos fueron otorgados por judíos que llegaron a ella y encontraron allí una forma de vida que favoreció a los judíos, contrariamente a los lugares de los cuales provenían, en los cuales los persiguieron continuamente. Parte de dichos nombres siguieron siendo utilizados hasta hoy día también por parte de los ciudadanos no judíos para describir el carácter de la ciudad.
El comienzo de la comunidad judía de Amsterdam comenzó con una tragedia para los judíos y finalizó luego de una tragedia que vivieron los mismos. La comunidad nació luego de la expulsión de España y finalizó su radiante camino después de 350 años con la shoá de los judíos en Europa. La comunidad de los judíos de Amsterdam surgió de sus cenizas, en el siglo XVI, para los judíos que se escapaban de la inquisición y finalmente cayó de sus cenizas cuando la mayor parte de sus judíos fueron asesinados en la shoá, sin embargo entre ambos eventos hubo cientos de años de oro. De hecho, la mayor parte de la historia judía en Holonda tuvo lugar entre el fin del siglo XVI hasta la segunda guerra mundial.
El origen de la comunidad judía de Amsterdam
La comunidad de Amsterdam, no es una comunidad muy antigua, sino que es de las comunidades europeas que fueron construidas en una época relativamente posterior al resto de las comunidades. La presencia judía en Holanda era muy pequeña hasta el siglo XVI. Había tan sólo pequeñas y aisladas comunidades y familias dispersas. Los registros muestran que los judíos fueron perseguidos y expulsados de la misma en forma constante. La más difícil persecución tuvo lugar en el año 1349 y 1350, luego de que los judíos fueron culpados de propagar la peste negra. Durante los siguientes 200 años, por lo visto, no hubo ningún judío en el lugar, hasta que los gobernadores de Holanda se rebelaron contra España a fines del siglo XVI y crearon las Provincias Unidas de Holanda.
La zona que es conocida hoy día como Holanda era en un tiempo, parte del imperio español, pero en 1581 las provincias holandesas del norte declararon su independencia. La más importante causa de la declaración fue el deseo de cumplir con la religión protestante, la cual se encontraba prohibida bajo el gobierno español católico, por lo cual la tolerancia religiosa representaba el factor legal más importante de la nueva república independiente. La libertad de culto, llamó la atención de los judíos, los cuales sufrieron de opresión religiosa en grandes partes de Europa.
Una de las razones por las cuales los judíos se asentaron en Amsterdam fue sin duda alguna la tolerancia religiosa de la ciudad. En 1597 la República Protestante Holandesa declaró que nadie sería perseguido por su creencia religiosa. De esta forma los judíos podían casarse, no fueron obligados a utilizar un símbolo especial o firmar una declaración de que eran judíos. Prácticamente no había ningún otro lugar en Europa donde los judíos tuvieran estas libertades básicas. De esta forma, las provincias de Holanda las cuales gozaban de su reciente libertad les ofrecieron una oportunidad ideal a los judíos anusim de los otros países para volver a asentarse y respetar a su religión en forma abierta, ellos emigraron, en especial a Amsterdam.
A fines del siglo XVI y a principios del siglo XVII comenzaron a emigrar judíos anusim de Portugal. La mayor parte de estos judíos, eran aquellos que fueron expulsados de España a Portugal en la expulsión del siglo 1492 y continuaron viviendo su judaísmo allí hasta que también a este país llegó la espada inquisitorial y les demandó convertirse en forma colectiva. Es importante recalcar que la expulsión de España no se encontraba dirigida a aquellos judíos que se convirtieron al catolicismo, tampoco a los anusim que se convirtieron y continuaron respetando en secreto el judaísmo, sino a los “judíos totales” que continuaron respetando el judaísmo en forma completa y abierta. La inquisición temía que aquellos judíos leales sean una “mala influencia” para aquellos judíos que ya se convirtieron, e intenten llevarlos de regreso al judaísmo. Sin embargo, también los judíos anusim lograron salir de España y Portugal en ciertas ventanas de oportunidades que se les fueron abriendo y de a poco fueron llegando a Amsterdam. Holanda, era en esa época un país libre con la actitud más tolerante hacia otras religiones en todo el mundo. Los gobernadores del país estaban muy interesados en la llegada de judíos, a nivel económico y como forma de oposición a la iglesia católica y a sus métodos.
Holanda comprendió que los judíos tenían la fuerza de desarrollar la economía, de forma que se vea basada en las relaciones exteriores de los judíos de Europa, Sud América y el oriente y de esta forma traer un gran beneficio al país.
Varios judíos escucharon acerca de la apertura de las puertas en Holanda y sobre su tolerancia hacia los judíos y decidieron llegar a ella, así llegaron refugiados de Portugal, España, Italia y también Turquía y África del Norte, para comenzar allí una nueva vida.
La comunidad judía de Holanda no era una comunidad típica. Cuando la mayor parte de los judíos de Europa se distinguían a nivel económico y social, sumado a lo político, los judíos de Holanda, ya en el siglo XVII, gozaban de una inserción económica y social, la cual el resto de los judíos de Europa no conocieron durante cientos de años. Profesiones como medicina pasaron a ser muy populares y doctores judíos podían trabajar en forma libre, incluso con pacientes no judíos.
Entre los emigrantes a Amsterdam, estaban aquellos que llegaron por motivos económicos y otros, por lo visto la mayoría, por un verdadero deseo de apegarse a la religión judía, sin coerción de otras religiones, persecuciones y humillaciones.
Y de hecho, durante el siglo XVII, los judíos portugueses, con sus conocimientos de idiomas y los contactos en el comercio internacional, se volvieron importantes en el comercio y la marinería y crearon lazos comerciales en Brasil y los países orientales. Los mismos se ocupaban de la importación y la exportación de diamantes y distintas mercaderías, y gracias a ellos, Amsterdam se convirtió en el centro comercial más exitoso de Europa.
Los judíos ashkenazíes
Si bien los primeros colonos de Ámsterdam eran judíos sefaradíes los cuales durante años tuvieron gran influencia en la comunidad, a partir del siglo XVII (1630) llegaron a Holanda judíos de Europa Central y del Este los cuales con el tiempo, se convirtieron en la parte central y más grande de la comunidad judía. Al principio, los judíos ashkenazíes llegaron a Alemania y luego al este de Europa, Polonia, Lituania y Ucrania. Ellos se asentaron también en otras ciudades de Holanda, en especial en Róterdam y en La Haya. Las persecuciones y las matanzas en Polonia y en Lituania llevaron a emigraciones masivas de judíos de dichos países a Holanda. La mayor parte de los emigrantes se escaparon de persecuciones en Europa, en especial de la violencia de la Guerra de los 30 Años (1618-1648) y de la revolución de Chamilnitzky en Polonia, en el año 1648.
Durante los siglos XVII y XVIII, la cantidad de ashkenazíes creció enormemente mucho más que la de los sefaradíes: a fines del siglo XVIII la comunidad sefaradita se estableció en alrededor de 3.000 personas, mientras que la comunidad Ashkenazí creció hasta contar con 20.000 miembros.
Es importante recalcar que la comunidad Ashkenazí de Amsterdam era pionera en Europa, dado que justo en esa ciudad, se publicó el primer periódico en Idish en el mundo (el Cunrat), el cual comenzó a circular a partir de 1686, dos veces por semana, mucho antes de que similares sean publicados en Alemania y Polonia. Asimismo, los judíos ashkenazíes de Amsterdam fueron los primeros en traducir el Tanaj al Idish.
Las relaciones entre la comunidad Sefaradí y la Ashkenazí, no eran en ese mismo momento símbolo de amor y fraternidad. Los judíos sefaradíes veían con desprecio a los judíos ashkenazíes, los cuales les parecían mendigos y faltos de cultura, mientras que los judíos ashkenazíes no comprendían el espíritu de los descendientes de anusim los cuales combinaban conceptos judaicos y no judaicos en su religión. De hecho, no había en dicha época una única comunidad judía en Amsterdam, sino dos comunidades separadas y distintas.
La diáspora de los judíos de España y Portugal en el mundo judío, y su influencia
Es posible afirmar que el mundo judío cambió en forma dramática luego de la expulsión de los judíos de España y de su exilio de España y Portugal hacia el resto de la diáspora judía. Los judíos de España y Portugal, eran considerados los de mejor status tanto a nivel judaico como a nivel económico. Los mismos, fueron durante 500 años el centro judío más destacado del mundo y la perla de la diáspora judía en el mundo. La llegada de los mismos a decenas de comunidad alrededor del mundo, generalmente era algo que fortalecía a la comunidad, ciertas veces esto era generado por controversias, e incluso algunas veces ha llegado a crear un gran cambio en la comunidad misma, como veremos en el caso de Holanda y Ámsterdam.
Comunidades de anusim de España y Portugal fueron creadas en Holanda – Ámsterdam, Italia – Ancona, Parará, Venecia y Livorno, en Inglaterra – Londres, y en Alemania – Hamburgo y su alrededor. También a Francia y otros lugares de Europa llegaron Anusim y se unieron a las comunidades de sus hermanos. Muchos anusim se dirigieron a los países árabes, en especial a los países que se encontraban bajo el imperio otomano, a Turquía, a Marruecos y a Siria, y allí regresaron al judaísmo en forma abierta. Pero los anusim no se detuvieron, y algunos llegaron a comunidades en el sur y el centro de América. El comienzo de muchas comunidades en Panamá, Colombia, Venezuela, Cuba y Brasil, tiene su origen en la llegada de los judíos anusim al lugar.
El mundo judío, no es igual antes y después de la llegada de dichos judíos a las distintas comunidades del mundo. Este movimiento creó una cierta renovación del mundo judío, y a pesar de que las grandes comunidades de España y Portugal se debilitaron por la emigración de los anusim, muchas otras comunidades del mundo se fortalecieron con su llegada y comenzaron un nuevo estilo de vida judaica.
La diáspora de los anusim se produjo en distintas época y a distintos lugares. En el siglo XVII había comunidades en el sur de Francia (Bayona, Burdeos, Toulouse). Los anusim que pidieron retornar al judaísmo viajaron en el siglo XVII a Italia (Venecia – Livorno), Alemania (Altona, Hamburgo), y más tarde a Londres y más que nada a Ámsterdam.
La psicología de los anusim en Ámsterdam
La llegada de los judíos anusim a Ámsterdam se encontraba acompañada de un ambiente determinado y una especial situación espiritual. Intentaré describirles cómo yo veo la experiencia de los anusim que llegaron a Ámsterdam en ese momento. A mi entender hay una vivencia espiritual especial de los anusim, como distintos filósofos describen (James), es posible describir la “experiencia de los anusim”, y comprender lo que sucedía en la mente de un anús cuando éste debía vivir en un mundo dual y con una identidad dividida. ¿Cuál es la psicología de los anusim? ¿Cuál es el proceso espiritual y práctico que vivieron cuando pasaron de España a Ámsterdam? ¿De llevar una vida judía oculta a una vida judía abierta?
Debemos recordar que los judíos sefaradíes que llegaron a Ámsterdam, vivieron en España y Portugal vidas de doble identidad. La mayor parte de los judíos que atravesaron un proceso de conversión al catolicismo y pasaron a ser “conversos” o “cristianos nuevos” a los ojos de la población local, buscaron asimilarse en la sociedad católica. Otros siguieron cumpliendo en secreto las costumbres judías o aquellas que recordaban como costumbres judías.
La sociedad católica era muy ambivalente respecto a los anusim, por un lado los recibió como parte de la sociedad, e incluso creía, de acuerdo a la ley canónica de la iglesia, que un judío que recibió el judaísmo por obligación, no tiene forma de volver atrás, o en otras palabras “católico por una vez – católico por siempre”. La vuelta del catolicismo al judaísmo, era interpretada como un pecado sin expiación. El cambio de religión era para ellos un proceso irreversible.
Pero por otro lado, comenzaron intentos dentro de la sociedad católica, de separar a los judíos que se convirtieron de la sociedad general. En un principio llamándolos “nuevos cristianos” o “marranos” (pierna de cerdo) sobrenombres cuyos objetivos eran diferenciarse de ellos y así se transformaron en nombres insultantes para todos. De boca de los judíos, éstos fueron conocidos con el nombre de “anusim” y así intentar brindarles un status de honor y demostrar que no aceptaron el catolicismo por elección sino porque fueron forzados.
Incluso luego de que los judíos se convirtieron, fueron víctimas de persecuciones y pogroms. A pesar de ya ser considerados católicos en el sentido religioso, la excusa era “purificar la sangre”, sostenían que los nuevos cristianos (es decir los judíos) tenían una “sangre inferior” e impura por no ser católicos de nacimiento y por tal razón debía frenarse su inclusión en puestos públicos y eclesiásticos.
Los anusim que llegaron a Ámsterdam y a otros lugares del mundo del mundo judío, pertenecían a la tercera, cuarta y quinta generación, luego de la conversión. También aquellos que continuaron preservando su judaísmo, recibieron educación católica y crecieron dentro del mundo de conceptos católicos, no tuvieron educación judía o una experiencia judaica en una sinagoga, ni bailaron con la Torá en Simjá Torá. Durante varias generaciones, los anusim vivieron como católicos, siguieron la forma de vida de los mismos y eran parte de las instituciones educativas de los mismos, hacia afuera cumplían con sus costumbres, ¿no es esta acaso razón suficiente para internalizar los conceptos católicos y su forma de pensar?
Esta situación generó una mezcla de conceptos teológicos y a veces incluso de costumbres de las dos religiones. Fue creada una especie de nueva religión donde había elementos de ambas religiones al mismo momento. Por ejemplo los anusim veían en la reina Esther la figura más importante, y también le rezaban a ella, dado que era la “primer anusá”, quien ocultó su pueblo y su nación. Sin embargo, ellos solían rezar a “La Santa Ester”, concepto ajeno al judaísmo.
A pesar de la fuerza de la fe y de la experiencia religiosa, el hombre no puede dejar su pasado detrás. Incluso si un judío anus decidió realizar teshuvá y retornar a la fe de sus padres, la desconexión de los conceptos con los que fue criado no siempre es fácil, no en el pasado y no en el presente. Una persona que tiene conciencia y memoria, no puede retornar a su pueblo sin llevar consigo su propia historia personal.
Al comienzo, los judíos que llegaron de Ámsterdam eran anusim y nuevos cristianos, pero prontamente sintieron que en Ámsterdam pueden revelar su identidad judía en forma abierta y sin temor. Y de hecho, muchos de ellos volvieron al judaísmo, hicieron brit milá, se unieron a sinagogas y comenzaron a estudiar nuevamente la Torá.
Una de las preguntas halájicas más interesantes, la cual fue formulada a los rabinos de Ámsterdam se refiere a los anusim que luego de llegar a Ámsterdam piden un permiso rabínico para enviar a sus hijos al colegio de curas, por razones de sustento. A través de la pregunta y los datos, es posible comprender en qué mundo judío, espiritual y social especial y confuso se encontraban los anusim de esa época.
“Todos los refugios de curas y monjas (católicos) estaban llenos de judíos y judías, muchos de ellos llevan la fe de Israel muy dentro suyo, y por la recompensa material de este mundo se ponen una careta de fidelidad a la iglesia católica. Varios de ellos se escapan a las tierras de la paz y la libertad religiosa. En esta ciudad (Ámsterdam) y en el resto de los lugares donde se encuentran curas que dejaron la religión católica y son hoy en día judías en forma total… y me han preguntado sobre los anusim descendientes de Israel si pueden poner a sus hijos como curas…”
En esa época, muchos de los hijos y los nietos de los anusim se encontraban en posiciones clave dentro de la iglesia católica. Parte de ellos para salvarse de la inquisición, otros para cuidar y defender a su familia judía y otros por motivos económicos.
Rabi Menajem Azría Fiju, de los grandes sabios de la época, responde: “los anusim tienen la orden, como toda persona de Israel de alejarse tanto ellos como sus hijos de la idolatría, entonces ¿cómo podemos nosotros hacer que sean curas o monjas? Pero a continuación, encuentra una sorprendente forma de juzgar para bien “todos saben que la intención de aquellos que piden ser curas no es por temor que lo hacen, sino para poder aumentar sus ingresos… y entonces, no es una negociación relacionado con la prohibición de idolatría sino un negocio…” No hay duda que sobre dicha legislación fue dicho “y juzgarás a todo hombre para bien…”
Pareciera ser que lo que caracteriza a la experiencia personal de los anusim de entonces y ahora, es la experiencia interna, personal, en comparación con la experiencia externa-pública la cual es inexistente. El anus, vive dentro de sí mismo, y no estaba en condiciones de expresar su esencia religiosa en su vida diaria. Esta situación creó una sensación de anusim que prefieren internalizarse y no realizar acciones externas.
Los anusim buscaron su salvación en la posibilidad de retornar a la vida judía normal, y no tan solo dentro de su corazón, sino también vida social y comunitaria. Incluso aquellos que cumplieron mitzvot dentro de su casa, sintieron que dicha dimensión le faltaba a su tarea espiritual y por tal razón se creó la necesidad de mudarse a comunidades que le permitan salir del exilio interno que le fue decretado a los anusim y salir a la luz.
Las siguientes palabras fueron escritas por un ex anus llamado Abraham Edna (Gaspar Mendes del Arroyo) a los anusim de Iberia, la misma muestra los sentimientos de un judío de Ámsterdam en 1686: “la idea de servir a Hashem en el corazón no alcanza. La ley de Moshé fue dada para ser cumplida. Es un gran pecado permanecer sin ser circuncidado. El hombre debe escaparse a países libres y realizar la circuncisión de forma inmediata. El hombre no debe auto engañarse y convencerse de que buenas acciones pueden expiar el fracaso en cumplir las mitzvot”.
Dentro de un mundo judío de caos intelectual y práctico, había necesidad de crear nuevamente las murallas de la religión, criar una o más generaciones de judíos las cuales no recibieron educación judía, no en el colegio y no a nivel familiar. Judíos que solo sabían cuál es el olor del judaísmo. Y de hecho, la mayor parte de las actividades rabínicas de Ámsterdam y Francia del siglo XVII era el volcar el judaísmo dentro de los instrumentos intelectuales de los emigrantes de la península ibérica, y moldear la forma de vida de los “nuevos cristianos” los cuales se transformaron en “nuevos judíos”.
La comunidad de Ámsterdam debía integrar a los nuevos cristianos dentro de ella y convertirlos en nuevos judíos, el desafío no era sencillo. Para eso, los miembros de la comunidad debieron revivir la cultura judía la cual fue perdida en España y volver a formar la forma de vida de “los nuevos judíos”. La creación de un sistema educativo esplendoroso es la que llevó a Ámsterdam a recibir el título de “la Nueva Jerusalem”.
Rabino Eliahu Birnbaum