Familia en el lejano norte

Oslo, Noruega

A pesar de una larga tradición de antisemitismo, los judíos de Noruega disfrutan actualmente de suma tranquilidad y de los más extraños Shabatot, los cuales durante el verano terminan el domingo

Nosotros asociamos a Oslo principalmente con política, debido a los famosos acuerdos, pero la misma es a su vez, una comunidad judía resplandeciente. La comunidad de Noruega no es muy amplia: la historia es corta y el número de judíos a lo largo de los años es pequeño. Sin embargo, se trata de una base comunitaria ejemplar y una vida judía muy ramificada.

Como en el resto de los países escandinavos, el asentamiento judío llegó a Noruega relativamente tarde. Comunidades estables, se formaron solamente a fines del siglo XIX. La falta de judíos en la tierra de Noruega coincide con el hecho de que Escandinavia ha sido una especie de periferia europea a lo largo de la historia. En la mayoría de los países europeos hubo comunidades judías a fines de la edad media, pero no en Escandinavia.

De todas maneras, existieron huellas judías antes del siglo XIX. En el siglo XX el rey noruego, Olev Dan Hellige, prohibió que todo aquel que no es cristiano viva en el país; pero en la época del rey Cristian IV, rey de Dinamarca y Noruega (1588-1648) encontramos la primer referencia oficial a los judíos.

El rey Cristian creía que los judíos podían ayudar a su país, pero debido a la resistencia de los curas, debió aceptar que los mismos vivan únicamente en Shelsoig-Olstein, bien lejos, al sur del reinado. El mismo rey declaró la libertad de culto, tanto en Dinamarca como en Noruega, y en 1630 les permitió a los judíos moverse y comerciar en todo el reinado. Se trataba de judíos sefaradíes, quienes expulsados de España y Portugal, se asentaron en Hamburgo y en Ámsterdam, y luego recibieron un permiso especial para ingresar a Noruega. A diferencia de otros países, los judíos no fueron obligados a vivir en guetos y en calles judías especiales, ni a vestir ropas que los diferencien. En 1641, el rey expandió dichos decretos también a los judíos ashkenazíes, los cuales escaparon de Europa del Este y Central.

Bajo el gobierno de su heredero, el Rey Frederik III (1648-1670), los judíos vivieron en condiciones un poco más difíciles. Cuando Noruega se unió con Dinamarca bajo el gobierno de Cristian V, en 1687, la prohibición de que los judíos vivan en el país fue restaurada y los judíos fueron expulsados. En conclusión, la presencia judía en Noruega entre los siglos XVII y XVIII fue solo un corto episodio que no dejó impresiones. Puede ser que parte de los judíos portugueses se quedaron en el reinado, que era más tolerante hacia ellos que hacia los ashkenazíes, pero en caso que lo hayan hecho, posiblemente fueron convertidos al cristianismo por voluntad propia.

La constitución noruega y la oposición a los judíos

En 1814, Noruega se independizó de Dinamarca y fue escrita la primera constitución. El texto era liberal y relativamente avanzado, pero determinaba que la religión oficial era el protestantismo luterano y los judíos y los jesuitas tenían prohibido ingresar a dicha tierra. La constitución era bastante abierta respecto a niños, mujeres y minorías, pero no hacia judíos. La discusión respecto al artículo “judío” fue larga y tensa, y duró 37 años. La prohibición de la entrada de judíos a Noruega fue quitada solo en 1851, en especial gracias a la lucha intensa y continua del escritor y luchador por la libertad, Henrik Wargelnad (1808-1845) y con la ayuda de amigos iluminados, de la legislatura, que se opusieron al “artículo judío” basado en el valor del hombre.

Los argumentos utilizados en el gobierno por quienes estaban a favor del boicot a los judíos no eran argumentos religiosos, sino una percepción política y una visión negativa de los judíos, su naturaleza, su forma de comportamiento y su falta de capacidad aparente de amoldarse a la sociedad económica. A diferencia de Noruega, que cerró sus puertas a los judíos, Suecia y Dinamarca adoptaron un comportamiento exactamente contrario.

Sin embargo, el odio a los judíos no desapareció del todo en el parlamento noruego. En el año 1929 nació la famosa prohibición del faenamiento ritual judío (shejitá) la cual existe hasta el día de la fecha. La razón por la cual la shejitá está prohibida, no es moral, como hubiésemos pensado, y no tiene nada que ver con los animales, sino con los que los comen. En las discusiones en el parlamento hablaron sobre los “judíos bárbaros” y esperaron que la prohibición de la shejitá convenza a varios judíos de abandonar el reinado.

El comienzo de la comunidad judía

Luego del cambio de la constitución y de la autorización del ingreso de judíos, comenzaron a llegar judíos en cantidades pequeñas, especialmente de Polonia y Lituania. Los listados dicen que desde 1875 llegaron tan solo 25 judíos para asentarse en el país. En junio de 1892 fue establecida la primera comunidad judía oficial en Cristianía (actualmente Oslo). Al comienzo se llamaba “la comunidad judía de Cristianía” pero luego el nombre fue cambiado a “la comunidad moshea” (de la palabra Moshé). En ese entonces había 214 judíos en Noruega, y 136 de ellos vivían en Cristianía.

Durante los próximos 30 años, el número de judíos en Noruega creció de 642 personas a 1457 debido a la opresión en Europa Oriental y a las dificultades de la Primer Guerra Mundial. Fue aproximadamente en ese momento, en que la comunidad de Trondheim fue establecida como segundo centro del judaísmo noruego.

La sinagoga de la comunidad fue construida en 1920. La misma es conocida por su techo original y el diseño del mismo en forma de talit (manto ritual), y por la escritura “Cuan buenas son tus tiendas Yaacov, tus casas Israel”, en la entrada del templo. Una de las características de dicha sinagoga, que no he visto en otros lugares más que en Escandinavia, es el lugar y la altura del Arón Hakodesh (el arca sagrada). El Arón Hakodesh y a su lado el lugar de la prédica del rabino, se encuentran en una altura muy elevada. Para llegar allí, hay que subir varias escaleras, las cuales llevan a una altura de entre cuatro y cinco metros del suelo. Cuando el Rabino predica, se encuentra más cerca del cielo que de la tierra y de los feligreses…

Últimamente, el Beit Keneset fue reformado, y el edificio de la comunidad, el cual sirve a distintas instituciones, fue reformado.

La comunidad judía de Trondheim, fue establecida en 1905. Al comienzo de los años veinte, la comunidad adquirió un edificio que antiguamente sirvió como estación de tren municipal, y lo rediseñó como sinagoga y colegio comunitario. La sinagoga fue inaugurada en 1925 y se glorifica en ser el Beit Hakneset más al norte del mundo. Dicho edificio, fue utilizado por los Nazis durante la Segunda Guerra mundial como depósito de mercadería y por tal motivo sufrió muchos daños. En 1947 fue renovado y reinaugurado. A pesar de que todo su contenido interno fue destruido, algunos de sus artefactos sagrados fueron salvados por la iglesia metodista y fueron guardados en secreto durante la guerra. Hoy en día viven en la ciudad cerca de 150 judíos.

La época de la shoá

La actitud negativa hacia los judíos no es expresada únicamente en la historia antigua, sino también durante la shoá. Noruega no actuó como sus vecinos y no asistió a los judíos.

Cuando los alemanes invadieron el país en 1940, vivían allí 1800 judíos. El gobierno se rindió y comenzó un gobierno de cooperación de la mano de Vidkun Quisling, el cual rápidamente recibió e implementó el pedido de los nazis de legislar leyes anti judías. En 1942, cuando los alemanes pidieron que los judíos noruegos sean enviados a los campos de concentración, el gobierno aceptó y envió 770 judíos. La mayoría fueron asesinados en campos de exterminio. También el Rabino Itzjak Yulius Samuel, rabino de la comunidad, fue expulsado y asesinado por los nazis. Es importante señalar que a pesar de que se le ofrecieron al rabino escaparse a Suecia junto con su familia, el Rabino se negó a dejar su comunidad. Su esposa e hijos llegaron a Israel luego de la guerra, y la mujer atestiguó contra Adolf Eichman en su juicio en Jerusalem. En 1996, luego de mucha presión pública y periodística, el Ministerio de Justicia convocó a un comité especial para que evalúe el tema de la devolución de propiedades judías que fueron confiscadas por el gobierno.

Noruega, de hecho, es uno de los dos países del mundo en que no hay posibilidades de juzgar a criminales de guerra nazis debido a que recae sobre ellos “la ley de lo obsoleto” (de acuerdo a Dr. Efraim Zorof, Merkaz Wisenthal).

Pero ésta no es toda la imagen de Noruega: en paralelo al gobierno de cooperación con los nazis, había un grupo de competencia, el cual logró evacuar 2/3 de los judíos del país, 930 personas, al límite con Suecia y así salvarlos.

La renovación de la comunidad

Luego del fin de la guerra, la comunidad judía de Oslo fue re-establecida por sobrevivientes que retornaron. De manera increíble, la sinagoga de Oslo no sufrió daño alguno. La misma, fue utilizada como depósito de libros nazis y de patrimonio judíos confiscado, e incluso los rollos de la Torá quedaron intactos. La sinagoga volvió a funcionar nuevamente bajo la dirección del Rabino Zalman Áronson, pero se achicó bastante. En 1947, el gobierno permitió el ingreso de unos cuantos cientos de refugiados judíos, en su mayoría de Hungría. En 1969, fue construido un centro comunitario al lado de la sinagoga.

Uno de los fenómenos más especiales de la comunidad judía en Oslo es la cadena familiar rabínica. El Rabino Michael Malchior sirvió durante años como rabino de la comunidad de Oslo y asistió activamente en el renacimiento y fortalecimiento de la misma, A la vez que continúa un linaje rabínico en general y en los países escandinavos en particular, desde el siglo XVIII. Actualmente, su hijo el Rabino Yoav Malchior (egresado de Strauss-Amiel), sirve como rabino de la comunidad y continúa con la tradición familiar. El Rabino Michael Malchior recibió el título de honor de “Gran Rabino de Noruega”, por parte de la comunidad, como reconocimiento de su importante actividad por la comunidad durante sus años de servicio a la misma.

Geografía y halajá

Generalmente, los factores que influencian las características de una comunidad, son la historia y la geografía. En el caso de Noruega, la ubicación geográfica influencia sumamente al cumplimiento de las mitzvot.

En los países nórdicos de Europa, hay graves problemas halájicos a mediados del verano y a mediados del invierno, debido a que las noches y los días se vuelven muy largos. El día no comienza o termina como estamos acostumbrados, y esto influencia en temas tales como Shabat, la cuenta del omer, tevilá y demás.

Hay veces que Shabat ingresa a las 14hs del viernes y sale a las 15:00hs del sábado y en el verano ingresan a media noche, a eso de las 24:00hs del viernes y sale a la medianoche del sábado – o mejor dicho a la madrugada del domingo, a eso de la 1:30…

A pesar de que hay distintas opiniones halájicas y distintas costumbres, los miembros de la comunidad judía de Oslo acostumbran rezar la plegaria de motzaei Shabat luego de plag haminjá, cuando aún es de día, hacer havdalá con vino sin especias aromáticas ni fuego, y avisar a todo el público que Shabat aún no salió y que está prohibido violar el shabat. En otros lados, se van a dormir y el domingo por la mañana realizan havdalá completa.

Surgen a su vez preguntas respecto al horario de ponerse tefilín y decir shemá Israel, tevilá de las mujeres en la mikve cuando aún no es de noche y cuando tres estrellas solo aparecerán a las 2:00am….

Respecto a lugares donde el sol no sale (o no cae), en pleno invierno (o pleno verano), hay dos métodos halájicos principales. Hay quienes dicen que el día se fija a nivel astronómico, es decir cuando se completa una vuelta de la tierra sobre sí misma, más allá de si salió o no el sol (Rambam en Moré Nebujim, Ibn Ezra al libro de Bereshit).

El Rabino Shlomo Goren zt“l, sostenía de otra manera. El mismo, decía que en el verano nórdico, la media noche (alrededor de las 24:00) es el momento del atardecer, y en seguida después de esto comienza el amanecer. El principio que guía dicho método es que cuando hay una noche corta, incluso de unos pocos minutos solamente, por supuesto que el comienzo de la noche es el atardecer y el principio de la misma el amanecer; en base a eso, incluso cuando no hay noche, la medianoche sigue siendo el momento de transición entre un día y el otro. Y lo mismo respecto al invierno, donde el sol ni siquiera sale. El medio día (a eso de las 12:00), es el momento de transición entre un día y el otro. De acuerdo a su opinión, en el verano, Shabat comienza a medianoche del viernes y sale a medianoche del sábado y en el invierno comienza a mediodía del viernes y sale a mediodía del sábado.

Cuando le pregunté al Rabino Michael Malchior y a su hijo el Rabino Yoav que es lo que particulariza a la comunidad de Oslo, me contestaron unánimemente: “la comunidad judía de Oslo es como una familia. Hay lugar para todo judío y se preocupa por las necesidades espirituales y culturales de todos sus miembros”. A pesar de los pronósticos negros respecto a su continuidad, la misma continúa existiendo e incluso se renueva y fortalece.

Idilio en un país laico – Parte 1

Por Rabino Eliahu Birnbaum

Suecia

Los ortodoxos y los liberales comparten una misma institución con una coexistencia ejemplar, la guerra dejó recuerdos de sensibilidad humana y solo la prohibición de realizar shejitá (faenado ritual) irrita.

Tres cosas caracterizan a la comunidad judía de Suecia del resto de las comunidades: en primer lugar, la mayoría de sus miembros son sobrevivientes de la shoá o segunda y tercera generación de los mismos. En segundo lugar, la comunidad está construida bajo la estructura de “comunidad unida”, como era popular en Alemania antes de la “separación de las comunidades”. En tercer lugar, Suecia es el país más laico del mundo. Todas estas cosas le otorgan a la comunidad judía de Suecia, la cual cuenta con 18.000 miembros, una gran particularidad.

Minián en el siglo XVIII

El primer judío que recibió permiso para asentarse en Suecia fue Aharón Aizik, comerciante alemán, que llegó a Estocolmo en 1774. Luego de muchas dificultades recibió un permiso para quedarse, y trajo a su familia y junto con ella la cantidad de personas necesarias para completar un minián. De acuerdo a la ley que legisló el rey Gustavo III, solo a los cristianos se les dio permiso para vivir en el país. A Aharón Aizik, el primer judío de Estocolmo, se le ofreció ciudadanía si aceptaba convertirse al cristianismo. Su respuesta – “no me convertiré ni por todo el oro del mundo” – impresionó al Lord, gobernador de Estocolmo, y éste ofreció enviar una carta de queja al rey Gustavo III. En consecuencia, el rey le dio ciudadanía como el primer sueco judío.

Aharón Aizik y el resto de dichos padres fundadores compraron tierras, establecieron un cementerio y trajeron a un rabino que sirvió como líder espiritual y profesor. También establecieron una jevra kadishá (asociación que se ocupa del entierro de los difuntos judíos). Los lugares donde podían asentarse estaban limitados por la ley, como establecían “las reglas judías de 1782”. Los judíos podían trabajar solo en determinados oficios y tenían limitaciones en sus trabajos. En dicho año se les fue permitido a los judíos construir sinagogas, realizar plegarias comunitarias y ejecutar trabajos que no estaban controlados por los gremios locales.

El proceso de emancipación de los judíos comenzó en 1838, cuando el rey Carlos XIV quitó parte de las restricciones sobre los judíos, y les dio protección legal y varios derechos civiles. Una de las últimas prohibiciones, la prohibición de tener un cargo político, fue quitada solo en 1951.

La población judía creció significativamente en la segunda mitad del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, en la época de las grandes olas migratorias de los judíos de Rusia y Polonia. En 1920 la comunidad judía de Suecia contaba con 6500 personas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Suecia fue neutral. A pesar de que varios ciudadanos apoyaron a los nazis a fines de los años ´30 y ´40 y que Suecia tenía relaciones diplomáticas con Alemania, los judíos no fueron perseguidos. Los judíos suecos estuvieron directa e indirectamente relacionados en varios intentos de salvar vidas durante la guerra. A pesar de que muchas personas conocen la ayuda que los judíos de Suecia y sus ciudadanos brindaron a los judíos dinamarqueses en octubre de 1943, muy pocos conocen otro tipo de acciones de rescate que estos ofrecieron.

Las puertas de Suecia estuvieron abiertas para 900 judíos de Noruega en 1942, y así se estableció el precedente que salvó a los judíos de Dinamarca en octubre de 1943: cerca de 8000 judíos dinamarqueses se escaparon a Suecia en cientos de barcos de pesca y otro tipo de embarcaderas pequeñas. Los mismos, recibieron información sobre planes secretos de detenerlos y echarlos de su lugar durante los Iamim Noraim (las altas fiestas), y la organización clandestina dinamarquesa logró evacuar a la mayoría de los judíos a Suecia en barco. La mayor parte de los judíos dinamarqueses retornó a Dinamarca después de la guerra.

Durante los seis meses entre julio de 1944 y enero de 1945, cientos de miles de judíos húngaros fueron salvados de Budapest por el diplomático Raul Walemberg, el cual fue conocido por sus actividades para salvar a judíos y el cual representa gran orgullo para Suecia hasta hoy en día.

A pesar de toda la ayuda y todo el apoyo para salvar judíos, una nube aún oscurece los cielos de la historia sueca-alemana: un asunto complicado de venta de hierro de Suecia a Alemania, y un traspaso de oro nazi a Suecia durante la guerra. El asunto se encuentra bajo investigación de una junta especial que fue reunida por el gobierno sueco en 1997.

La mayoría de los judíos suecos actuales llegaron al país después de la shoá, como refugiados de campos de concentración. Su ingreso fue permitido por Suecia inmediatamente después de la finalización de la guerra. Entre los miles que llegaron al reinado norte, cerca de 7000 pidieron asentarse; el resto, la mayoría, se fue a Israel o a Estados Unidos. Dicha inmigración duplicó, ya en ese momento, la cantidad de judíos en Suecia. En 1956 llegaron sobrevivientes judíos húngaros, y nuevos inmigrantes llegaron de Polonia en 1968, durante la ola de partida y expulsión de los judíos de allí. A lo largo de los últimos años se unieron judíos de Rusia y de Israel a los veteranos de la comunidad.

Sobrevivientes de la shoá viven en muchas comunidades alrededor del mundo, sin embargo Suecia, me parece que es una de las tres comunidades donde los sobrevivientes de la shoá son la mayor parte de la comunidad – junto a Hungría y Australia. Dicho marco trae distintos fenómenos, entre ellos la brecha de matrimonios mixtos entre la segunda y la tercera generación. La segunda generación, hijos de sobrevivientes, continuaron cumpliendo con la tradición judía y se casaron con judíos. Luego de la shoá, casamiento con mujeres no judías podía ser un daño muy grande hacia los padres, los cuales sufrieron antisemitismo y sobrevivieron los campos de concentración. Sin embargo, la generación de los nietos o de los bisnietos no siguió con dicha tradición, y el porcentaje de matrimonios mixtos subió dramáticamente.

Las iglesias desérticas

Suecia es el país más laico del mundo: ¡solo un uno por ciento de todos los ciudadanos del país se definen como religiosos! Y cuando los no judíos no van a la iglesia, los judíos no van a la sinagoga… los judíos no viven en la diáspora en una isla desierta. Ellos son parte de la sociedad, la cultura y la mentalidad. Tienen influencia del folklore, de los gustos y los olores del lugar donde viven y esto también se manifiesta respecto a la religión.

La comunidad judía de Estocolmo es conocida como una comunidad unida. Todas las sinagogas, sin diferenciar a qué rama pertenecen, son parte de una única organización. Las comunidades en Escandinavia en general y en Suecia y Estocolmo en particular, recibieron una gran influencia de las comunidades alemanas, tanto respecto a la versión de la plegaria (ashkenaz) como respecto a la estructura comunitaria.

Lo que caracteriza a las comunidades unidas es que éstas sirven tanto a los judíos que se definen como ortodoxos, como a los judíos que se definen conservadores o reformistas. La comunidad no da preferencia a una rama o a la otra. En dicha estructura comunitaria, dos corrientes judías forman una comunidad, con un presidente, un presupuesto, un servicio de tzedaká y un cementerio. La diferencia se representa en el hecho de que cada cual tiene su propia sinagoga.

Tal organización fue el motivo de discusión en Hungría y Alemania a fines del siglo XIX, cuando rabinos ortodoxos, entre ellos el Rashar Hirsh, pidieron separar a las comunidades ortodoxas del público unido donde se encontraban tendencias liberales. En oposición a ésto, escribe el Rabino Hildesheimer que “no solo que está permitido mantener una unidad comunitaria entre los judíos reformistas y los ortodoxos en situaciones donde es permitido asegurar la integridad de la posición ortodoxa” sino que hay en esto un “acto de nobleza” para mantener la existencia judía. El Rabino Hildesheimer sintió que los ortodoxos tienen la obligación de cooperar con sus hermanos judíos en temas comunitarios comunes, incluso cuando las instituciones que se ocupan de esto son liberales.

De acuerdo a lo que tengo entendido, desde que se separaron las comunidades en Alemania, no quedaron allí comunidades unidas (a pesar de que la organización paraguas de todas las comunidades alemanas es común para los ortodoxos y liberales). Hoy en día, viven en Estocolmo en paz y de manera ejemplar, dos comunidades. Cada comunidad guarda su característica especial y una sinagoga de acuerda a su estilo, sin embargo el edificio comunitario es uno, para ambos y se maneja con respeto mutuo. En estos días, una mujer fue elegida como rabino de la comunidad conservadora en Estocolmo, por primera vez en la historia de la comunidad (¡en Suecia, prácticamente la mitad del parlamento son mujeres!). El Rabino Yitzjak Najman (egresado de Strauss-Amiel), rabino de la comunidad ortodoxa, fue recientemente coronado en un acto impresionante y emotivo.

Leer la parte 2

Idilio en un país laico – Parte 2

Rabino Eliahu Birnbaum

Se salvó de la noche de los cristales rotos

Actualmente, hay en Estocolmo tres sinagogas. La más grande es la conservadora, la cual es conocida como La Gran Sinagoga. Las otras dos sinagogas pequeñas son ortodoxas – Adat Israel y Adat Ieshurún.

La Gran Sinagoga de Estocolmo

La Gran Sinagoga fue establecida en 1870, el año en que fueron quitadas las limitaciones respecto al aspecto legal de los judíos de Suecia, y los mismos recibieron emancipación total. En cuanto a su estilo y su tamaño, la Gran Sinagoga de Estocolmo sigue la tradición de las sinagogas monumentales que fueron construidas en Europa, entre ellas sinagogas sobresalientes tales como la nueva sinagoga de la calle Oranienburger en Berlin (la cual fue construida entre 1859-1966 y destruida en 1938) y la Gran Sinagoga de la calle Dohany en Budapest (construida entre 1854-1859). El estilo arquitectónico fue inspirado por la arquitectura oriental, y el objetivo de dicho estilo era revivir el pasado espléndido del pueblo judío en Israel y en la España medieval.

La Gran Sinagoga de Estocolmo pertenece al judaísmo liberal; en el pasado pertenecía a la comunidad reformista pero actualmente se relacionó con el movimiento conservador. Así como en sinagogas reformistas de la Alemania del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las plegarias de Shabat y festividad son acompañadas por un organista (no judío), y cántico de un coro mixto. La galería está reservada para las mujeres, y el lado izquierdo de la planta baja pertenece a los hombres. De la parte derecha está permitido sentarse mezclado. Las plegarias son en sueco y en hebreo, y tienen lugar todos los shabatot, festividades, lunes y jueves.

La historia de la sinagoga ortodoxa Adat Ieshurún es muy interesante, está amueblado con bancos, mesas, puesto para el oficiante y aharón kodesh (arca sagrada) que en su momento formaron parte de una pequeña sinagoga de Hamburgo, Alemania. La sinagoga sobrevivió milagrosamente a la “noche de los cristales rotos” (9 de noviembre de 1938), donde fueron quemadas y destruidas casi todas las sinagogas de Alemania. La comunidad judía de Hamburgo logró de forma increíble enviar los muebles a Estocolmo a comienzos de la guerra.

Adelante Bnei Akiva

Más alla de la comunidad de Estocolmo, hay comunidades judías en las ciudades de Malmo y Gotemburgo.

Comunidades adicionales se encuentran en Boras y Uppsala, y algunos judíos viven en Helsingborg, Lund, Norrkoping y Vaxjo.

En Malmo hay una sinagoga ortodoxa y una comunidad activa que cuenta con jardín de infantes. El movimiento juvenil

Sinagoga de Malmo

principal es Bnei Akiva. El mismo no solo sirve como movimiento juvenil sionista sino que también invierte en acercar a los jóvenes a su identidad judía. Los emisarios de Bnei Akiva en Escandinavia, Elad Meir y su esposa Sari (también ellos egresados de Strauss – Amiel), trabajan fuertemente para poder llegar a todas las comunidades, grandes y pequeñas, y a cada joven judío, y así profundizar en la identidad judía y sionista.

En Estocolmo hay un colegio judío de nombre Hilel. El colegio primario trabaja de forma normal, contiene estudios laicos y judíos en conjunto. Sin embargo, el secundario judío de Estocolmo, es a mí parecer único, en comparación al resto de los colegios judíos del mundo: se trata de 4 clases judías las cuales funcionan dentro de un secundario no judío. Los judíos estudian en clases separadas todas las materias, tienen un comedor kosher, y por supuesto no estudian en Shabat y festividades – pero son parte del secundario no judío, y así reciben el apoyo económico del estado. El último año, el Ministerio de Educación pagó todos los gastos de los preparativos para pesaj, incluyendo la limpieza de la cocina, la kasherización y la compra de matzot…

Vacas sagradas

Suecia es conocida también por la prohibición de realizar shejitá. Los miembros de la comunidad deben traer carne kosher de otras partes de Europa. La prohibición de la shejitá es una larga historia de la Europa Moderna, la cual comenzó en Suecia en 1864. Luego de que el gobierno nazi subió al poder intentaron extenderlo a otras partes de Europa, en general sin mucho éxito.

La comunidad judía de Suecia hace grandes esfuerzos para cambiar la ley en el Parlamento local y permitir la shejitá. Una de las formas más originales que hay es una coalición entre judíos y árabes. Como es sabido, también los musulmanes hacen faenado ritual de animales, y también el faenado de ellos está prohibido. Suecia abrió sus puertas más que cualquier otro país europeo a la inmigración musulmana, y hoy son cerca de 450.000 dentro de 9 millones de ciudadanos (6%). Un tercio de los habitantes de la ciudad Malmo, la tercera más grande del país, son inmigrantes musulmanes. Por lo tanto, es posible que la redención en el tema de la shejitá provenga de los musulmanes.

Cuando le pregunté a la presidente de la comunidad de Estocolmo por qué el tema de la shejitá es tan importante para ella, y si la comunidad tiene pensado establecer un sistema de shejitá local si la ley es autorizada, ella respondió: “no estoy segura que comencemos a realizar shejitá en Suecia, pero como judíos orgullosos que vivimos en un mundo libre y democrático, no estoy dispuesta a que no nos dejen vivir con libertad en este país y realizar shejitá como creamos correcto. Tanto a nivel teórico como a nivel práctico”.

Grande y abierta

Por Rabino Eliahu Birnbaum

La judería argentina es conocida por su fuerza numérica e institucional – y por el gran porcentaje de asimilación. Una travesía a la tierra alternativa, que comenzó con la visión colonial del Barón Hirsch y finaliza con el proceso de muchas personas que se han vuelto religiosas, el cual deja a varias otras sin respuesta.

Argentina

Detalle_interior_Gran_Templo_Paso_iluminado,_Buenos_Aires“¿La tierra de Israel o Argentina?” – así se preguntó Herzl en su libro “El Estado de los Judíos”. Hace ochenta años, Herzl se preguntaba si convenía establecer el estado judío en la tierra histórica o en la tierra geográfica, y dejó algunas explicaciones por las cuales quizás convenía elegir a Argentina como la casa nacional del pueblo judío: “Argentina es uno de los países más ricos en recursos naturales, con un territorio enorme, una población débil y un clima promedio. Será para el bienestar de la República Argentina el otorgarnos parte de su territorio…”. Herzl sugirió que en un tema tan importante como éste, debía ser decidido por la “Asociación Judía”, en nombre de todo el pueblo judío, y como es sabido, el pueblo judío decidió a favor de la Tierra de Israel. Sin embargo, no es posible ignorar la belleza de esta tierra la cual es conocida por muchos como: “Paris de Sudamérica”. A lo largo de los años se estableció el Estado de Israel, sin embargo en Argentina también se estableció una gran comunidad. Una de las características de dicha comunidad es la profunda ideología sionista. No es casualidad que cerca de setenta mil judíos hicieron aliá a Israel a lo largo de los años.

Judíos en cantidades

La judería argentina es la más grande de Latinoamérica y una de las seis comunidades judías más grande del mundo, luego de Francia, Inglaterra y Rusia. Hoy día viven en Argentina cerca de 200.000 judías, sin embargo en los años sesenta había cerca de medio millón de judíos allí. La mayoría de los judíos viven en Buenos Aires, la capital; algunos viven en otras ciudades y pocos en las zonas rurales del país. Entre las comunidades de fuera de Buenos Aires, se encuentran Rosario, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Paraná, Mar del Plata y Bariloche.

La mayoría de los judíos son ashkenazíes y una gran minoría – cerca de un 15% – sefaradíes. Los judíos llegaron a la Argentina desde Europa Central y Oriental, y de Siria, Turquía y Marruecos. La primera comunidad judía se estableció en Buenos Aires en 1862. Su cantidad de miembros era pequeña, y la cantidad de matrimonios mixtos bastante grande. La primera comunidad sefaradí se estableció treinta y cinco años después, casi a fines del siglo XIX.

Los progroms, las persecuciones y la pobreza en Europa Oriental llevaron a la gran emigración a la Argentina (antes que eso hay testimonios de judíos anusim que llegaron al país pero no quedó rastro alguno de ellos). Ellos llegaron principalmente de Galicia, Polonia y Rusia, y buscaban un mejor lugar para establecer su casa. Parte de ellos se asentaron en las ciudades y parte en los asentamientos agrícolas. Así como en Estados Unidos, la gran ola de inmigración tuvo lugar en la última década del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La cantidad de judíos argentinos creció de cerca de seis mil judíos a más de cien mil.

Las colonias del BarónBaron_hirsch

El comienzo del asentamiento judío en Argentina está relacionado con las colonias del Barón Maurice de Hirsch – un fenómeno único de Argentina.

A pesar de que actualmente la mayoría de los judíos viven en las ciudades, y en particular en la capital, los primeros judíos llegaron al país justamente a través del intento del Barón Hirsch de asentar a las masas de judíos del imperio zarista en zonas agrícolas en el mundo. El Barón Hirsch estableció la organización J.C.A mediante la cual llegaron a Argentina cerca de 1000 familias de Rusia, Ucrania, Polonia y Rumania. El comienzo del asentamiento judío tuvo lugar en un pueblo llamado Moisesville en el año 1889. La mayoría de las familias llegaron de Besaravia, escapándose de los pogroms y de un ambiente anti-judío. La industria del asentamiento se extendió tanto que a comienzos del siglo XX había en Entre Ríos, la cual fue brindada para el asentamiento, cerca de 170 pueblos rurales y ranchos agrícolas judíos.

Tan solo en Clara, por ejemplo, había 19 pueblos judíos, entre ellos con nombres tales como “Rosh Pina”, “Even Harosh”, “Rachel” e incluso “Kiriyat Arba”. Los judíos trabajaron la tierra, criaron ganado e incluso elaboraron productos lácteos. Dichos judíos eran conocidos por todos como los “gauchos judíos”. Y además de la necesidad de escapar a los pogroms, vieron un ideal en volver a trabajar la tierra tal como lo hacían en la época del Tanaj. Los gauchos judíos eran en su enorme mayoría religiosos, cuidaban Shabat y festividades, hablaban idish, rezaban en la sinagoga e incluso comían guefilte fish.

El Baron Hirsch estableció un fondo de 50 millones de francos – un montó enorme para esa época – para establecer el asentamiento masivo en Argentina, el cual apuntaba a 3 millones y un cuarto de colonos a lo largo de 25 años. Sin embargo, la gran industria se encontró con muchas dificultades a lo largo de los años y se limitó a ser un proyecto de asentamiento, sin la ideología que la acompañó al comienzo. En perspectiva histórica, a pesar de que el Barón Hirsch intentó salvar a los judíos de Europa Oriental de los pogroms y permitirles mantenerse con dignidad, si su intento hubiese tenido éxito en la dimensión que él pensó, entonces Israel estaría establecida en Argentina, o por la sugerencia de Herzl o de facto.

La continuidad de la inmigración a la Argentina

A fines de los años ´20, Argentina era uno de los pocos países a los cuales los judíos podían emigrar con facilidad, luego de que las puertas de Estados Unidos se cerraron. Y de hecho, en la década hasta 1930, se anotaron más de 7000 inmigrante por año –hasta el golpe militar de 1930, el primero en la lista de una serie de golpes que amenazaron la estabilidad política del siglo XX. El golpe creó un gobierno nacionalista anti-democrático, que vio en los inmigrantes personas no gratas y limitó la inmigración. Legislaciones y acuerdos internos particularmente hostiles llevaron a que durante la Segunda Guerra Mundial se cierren los límites del estado ante los inmigrantes. A pesar de esto, durante los años del gobierno nazi en Alemania, y luego en Europa, lograron cerca de 40 mil judíos encontrar refugio ilegal en Argentina.

En el año 1946 había en Buenos Aires solamente, más de 200 mil judíos. Después de la shoá creció el número de judíos hasta que llegó a 400 mil. A muchos judíos les atrajo Argentina particularmente más que otros países en América Latina, debido al carácter europeo de su población y su cultura. Esto facilitó la adaptación de los judíos provenientes de Europa así como a los del Imperio Otomano que hablaban ladino, lengua muy cercana al español. Desde ese entonces y hasta hoy en día la cantidad de judíos se ha ido reduciendo, tanto debido a la aliá a Israel así como la emigración hacia otras partes del mundo – y debido a los matrimonios mixtos: el carácter europeo de la nueva tierra creó un escenario social común entre los judíos y los no judíos, y las consecuencias son conocidas.

El Jerem (excomunión)

El fenómeno de matrimonios mixtos comenzó a expandirse. El deseo de los emigrantes de integrarse económica y culturalmente en la sociedad local debilitó la tendencia natural de mantener los matrimonios dentro de la comunidad. Muchos judíos se dirigieron a los rabinos de las comunidades para que conviertan a sus parejas y autoricen el casamiento. En base a dicha situación social y religiosa, nació en Argentina un jerem especial de acuerdo al cual no se debe aceptar conversos. Dicha excomunión es conocida en todo el mundo rabínico y judío, y es la base de la excomunión de las comunidades sirias de Alepo de no aceptar conversos. Dicho Jerem influenció, sin duda alguna, al transcurso de la historia judía argentina en el último siglo, y vale la pena dedicar algunas líneas al respecto.

En los años ´20 del siglo XX no había un Gran Rabino en Argentina. Cada rabino se preocupaba por su comunidad. Entre los rabinos más conocidos, encontramos al Rab Shaul Sitón. El Rabino Sitón nació en Alepo, Siria, en el año 1851 y creció junto con grandes sabios. Fue nombrado Rosh Yeshiva y juez del tribunal rabínico y estaba en contacto con rabinos de Alepo e Israel. En su visita a Argentina, el Rabino Sitón vio la decaída situación religiosa de los judíos y con el objetivo de ayudar, decidió quedarse en Argentina y hacer lo máximo posible.

El Rabino Sitón tenía una gran capacidad de ver a futuro, y decidió realizar todo lo necesario para fortalecer a la comunidad y a los judíos del país. Cuando vio el deseo de los jóvenes de casarse con mujeres no judías de acuerdo a una conversión que no es realizada en base a la halajá, consultó con su amigo cercano, el Rabino David Goldman, rabino de Moisesville, y juntos decidieron realizar un jerem total respecto a la conversión en la Argentina. El socio del Rabino Sitón, el Rabino Goldman, nació en Rusia en 1854, era un gran sabio y erudito en la Torá y estaba en contacto constante con el Rab Eljanan Spector, Rab Shmuel Salant, el Jafetz Jaim, el Rab Kuk y otros grandes rabinos. Escribió un libro de preguntas y respuestas halájicas llamado “Divrei Aharón”.

En el año 1927, el Rabino Sitón publicó la excomunión, la cual al parecer estaba colgada en las carteleras de la ciudad de Buenos Aires:

Debido a que esta ciudad es sumamente liberal y cada cual hace lo que le parece y no tienen un rabino del cual temer… y por lo tanto, cada persona que desea casarse con una mujer no judía la lleva a su casa, la convierte en su mujer, sin conversión, o que lleva a tres personas judías simples (no rabinos) del mercado y las convierte ante ellos… esparcí avisos diciendo que está prohibido recibir conversos en Argentina de aquí a la eternidad como hemos fijado y no es posible quebrar la restricción y todo aquel que lo haga lo morderá una víbora… y quien desea convertirse debe viajar a Jerusalem y allí lo recibirán…
El joven Shaul David Sitón S.T (sefaradí puro)

El jerem no vino a quitar la posibilidad de conversión en forma total, sino tratar de crear una situación en la que sea prácticamente imposible convertirse (es importante recordar que a comienzos de siglo el viaje de Argentina a Jerusalem requería viajar en barco durante más de un mes y a su vez representaba muchos gastos). La excomunión es un ejemplo de lo que es denominado “orden temporal” que fue creada para detener procesos peligrosos. El mismo Rabino Abraham Itzjak HaCohén Kuk, Gran Rabino de Israel, le escribió al Rabino Sitón una carta de apoyo y consentimiento con el jerem dispuesto por ellos.

Ochenta años después, es imposible no preguntar: ¿a logrado la excomunión su objetivo? La realidad demuestra que el número de asimilación y de matrimonios mixtos continuó creciendo a pesar de la excomunión, y a su vez, hubo muchos rabinos conservadores que no aceptaron el jerem y convirtieron. En todas las comunidades ortodoxas, es importante recalcar, el jerem se mantuvo en forma total.


Los judíos argentinos en la actualidad

mac donaldLa vida argentina actual es sumamente vigorosa y activa. Existen más de 70 organizaciones judías y cerca de 40 escuelas con más de 18.000 alumnos, los cuales representan el 50% de los alumnos judíos del país. Asimismo, hay 30 clubes judíos, una liga judía de fútbol, periodismo judío y cerca de 50 restaurantes kosher, decenas de negocios con productos kosher y decenas de yeshivot. Existen instituciones del jasidismo de Satmer, de Jabad, de Agudat Israel, de los sefaradim, marroquíes, sirios, religiosos sionistas, laicos y conservadores. Incluso un negocio de Mc Donald’s Kosher, por lo visto el único kosher fuera de Israel.

La comunidad judía está muy bien organizada mediante cuerpos centrales que apoyan la actividad de las comunidades y la representan hacia afuera. El que llega a la capital del país, Buenos Aires, y camina por la calle principal, Corrientes, se encuentra rápidamente en el barrio de Once, uno de los barrios más poblados de la ciudad. Este barrio es el centro de la vida judía de la capital. En el marco de un kilómetro dentro del barrio, es posible encontrar decenas de negocios kosher, instituciones judías, colegios religiosos, sinagogas y todo lo necesario para la vida judía. En todas las esquinas resaltan las letras en hebreo en los carteles. Debido a la cantidad de judíos que viven allí, el barrio recibió el nombre de Gueto, aunque en realidad hay varios judíos dispersos por otros barrios adicionales.

Y de todas formas – antisemitismocomunidad_judia_argentina_pide_justicia

A pesar de la participación de los judíos en la cultura, la economía y la sociedad argentina, no desapareció totalmente el antisemitismo, e incluso quizás exactamente lo opuesto es lo correcto. A pesar de que Argentina es una tierra católica, no hubo antisemitismo por parte del gobierno ni propaganda antisemita durante la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, sí hubo antisemitismo popular cuyas raíces provienen de la percepción que estableció la iglesia católica a sus creyentes respecto a los judíos. Hasta hoy día, es posible escuchar de boca de los ciudadanos no judíos que los judíos son los culpables de la muerte de Jesús y deben pagar por esto. Este tipo de antisemitismo es constantemente publicado en materiales tales como “Los Protocolos de los Sabios de Sión” los cuales sirvieron como inspiración para la creación de obras “literarias” adicionales y periódicos donde aparecen mentiras anti-judías tradicionales con una vestimenta argentina renovada. El antisemitismo existe también dentro de grupos intelectuales y políticos de izquierda.

Dichas opiniones llevaron a actividades de grupos antisemitas a realizar ataques contra los judíos y sus propiedades. Dichos grupos comenzaron a intervenir en 1910 por primera vez y en 1919 por segunda vez, durante el gran paro de los obreros. En el primer caso, los judíos eran vistos como extraños revolucionarios, y en el segundo caso fueron culpados de tener inclinaciones comunistas y querer convertir a la Argentina en una dictadura del proletariado. Desde ese entonces no ha habido ataques similares, sin embargo continúa la distribución de propaganda antisemita escrita y oral, hasta hoy en día en parte de los medios de comunicación.

La subida del nazismo y su influencia se sintió también en la Argentina. Al principio esto fue expresado en particular en la propaganda contra la recepción de refugiados judíos de Alemania, y luego creció la incitación que no frenó ni siquiera con la derrota de los alemanes. En los años 40´y 50´, criminales nazis se escaparon a la Argentina, donde se establecieron y abrieron allí una nueva página de vida. Su exposición y su extradición llevaron a olas de ataques a instituciones judía del país. No es casual que Eichman fue encontrado allí, y también su extradición a Israel fue acompañada de una gran oposición de gran parte del público local.

Durante los gobiernos militares en Argentina (1943-1946, 1976-1983), los judíos fueron discriminados en forma individual. En la primera etapa la discriminación se proyectó en la prohibición de permitirles a los judíos tener cargos públicos, incluyendo enseñar en una escuela, y en la segunda etapa en el trato difícil contra los judíos durante su investigación y su encarcelamiento. De acuerdo a las estimaciones, cerca de 2000 judíos argentinos desaparecieron como si se los hubiese tragado la tierra, durante el gobierno de la junta militar entre 1976 y comienzos de los años ´80. En total, desaparecieron durante dicha época 30 mil judíos con la excusa de que actuaban contra el gobierno. Junto a esto, la continuación regular de las actividades de la comunidad no fue molestada por las regulaciones o por el gobierno en sí mismo. Los grandes atentados en el edificio de la Embajada Israelí en Buenos Aires en 1992 y del edificio de la comunidad judía en 1994, dejó muchas víctimas y las huellas tras los culpables llevaron a Hizballah e Irán.

Alejamiento y acercamiento

La comunidad judía de Argentina atraviesa procesos conocidos en todo el mundo judío: asimilación y matrimonios mixtos por un lado, y gente que se vuelve religiosa por el otro. La judería argentina es considerada una de las comunidades con porcentajes más grandes de matrimonios mixtos en América Latina y en el mundo, con un 70-80% de asimilación: casamientos con parejas no judías las cuales muchas veces llevan a la pérdida de la identidad judía. Junto a estos números tan altos de asimilación, la comunidad judía vivió un proceso largo y significativo de “fortalecimiento” religioso, la cual cambió la división de fuerzas en la comunidad judía argentina. Si en los años ´60 del siglo XX el movimiento que dominaba era el movimiento conservador, con la dirección del famoso Rabino Marshal Meyer, e incluso estableció un seminario rabínico el cual envió rabinos a Argentina y a toda América Latina, pues hoy en día el movimiento ortodoxo influencia la mayor parte de las sinagogas de la ciudad y del país.

Es interesante recalcar que ambos procesos avanzan en conjunto e influencian uno a otro. Justamente en el mismo lugar donde los porcentajes de asimilación son sumamente altos, también los porcentajes de personas que se vuelven religiosas lo son. ¿Acaso hay relación entre ambos procesos? ¿Acaso el hecho de que varias personas se vuelvan religiosas influencia a la asimilación y viceversa? Para mí, sí. Por un lado, el miedo a la asimilación, el miedo a perder la identidad judía personal traen motivación de búsqueda y adaptación de creencias y pensamientos que preservan la identidad judía de la persona. Cuando una persona o pueblo sienten que están en crisis, se acercan a la identidad y en este caso también a la tradición.

Por otro lado, los procesos de acercamiento de parte de la sociedad, llevan a otros a alejarse. Muchos judíos que no llevan una vida religiosa, miran a personas que ahora lo son y concluyen que el judaísmo no es para ellos. Muchas veces buscan un camino intermedio que les permita fomentar su judaísmo y su identidad sin cumplir mitzvot en forma activa. Dichos judíos no tienen actualmente muchas posibilidades de elección. Los caminos que había en el pasado para fomentar la pertenencia y el significado judaico se perdieron y perdieron su fuerza, y ahora solo queda el camino religioso como posibilidad significativa, y este no es un camino adecuado para todo judío en forma inmediata. Los procesos de acercamiento, por lo visto, crean a veces procesos de alejamiento.

Cien mil huérfanos

Kiev, Ucrania

La tierra que en su momento se encontraba llena de judíos, hoy se encuentra repleta de sus tumbas, identificadas o no, y de algunos judíos-reconocidos y otros que no.

Ucrania es un país de contradicciones históricas para el pueblo judío. Debido a que en su momento fue un lugar con gran asentamiento judío, muchos de los líderes del Estado de Israel a nivel cultural, político y rabínico (El Baal Shem Tov, Rabi Najman de Breslav, Shalom Aleijem, Ejad Haam, Iosef Trumpeldor, Golda Meir, Efraim Katzir, Levi Eshkol) tuvieron el “mérito” de nacer allí. Pero esta misma razón es la que lo convirtió en un valle de asesinato – tanto en la última generación como en generaciones anteriores.

En Ucrania es posible comprender qué es la valentía judía. Justamente en el lugar en que fue derramada sangre como agua, se cumple la promesa “vivirás en tu sangre”, y la sangre judía regresa mediante miles de judíos que redescubren su judaísmo.

El último recuerdo de Kiev como ciudad en los escritos judíos, aparece en una carta de un comerciante judío del siglo nueve, el cual fue encontrado en la gnizá (depósito de libros judaicos y objetos sagrados desechados) de El Cairo. La documentación describe que uno de los comerciantes se endeudó y fue tomado en cautiverio a la ciudad de Kiev, sus amigos escribieron cartas en hebreo a las comunidades judías del mundo para poder juntar el monto necesario para liberarlo.

Los primeros judíos que se asentaron en Ucrania lo hicieron en el siglo VII, en la época del reinado de Khazar. Las tradiciones históricas cuentan que un grupo de judíos del reinado vino a ver al príncipe Vladimir e intentó convertirlo, pero él eligió convertirse al cristianismo. Benjamín de Tudela recuerda a Kiev como “una gran ciudad llena de judíos”. En el siglo XII llegaron a Ucrania judíos del centro de Europa, y en el siglo XV y XVI llegaron judíos de Polonia.

Kiev es la capital y la ciudad más grande de Ucrania. La ciudad se encuentra en el norte del país, sobre el río Dniéper.

Hoy día es una ciudad europea moderna, con un gran desarrollo económico y general.

Miles de fosas colectivas

Bajo la conquista nazi durante la Segunda Guerra Mundial, fueron aniquilados la mayor parte de los judíos de Ucrania. El antisemitismo ucraniano y los colaboradores provenientes de la población local asistieron a la máquinaria nazi. Lo que identifica el asesinato de los judíos de Ucrania (y Rusia) por los nazis, es el hecho de que no fueron llevados a campos de exterminio, sino que fueron asesinados en el lugar, en su tierra de “nacimiento”. Los judíos fueron asesinados en masa, en fosas, por unidades de la SS y colaboradores ucranianos.

Así era el proceso: el ejército ingresaba a la ciudad y después de 2-3 días colgaba carteles informando que los judíos debían reunirse en un lugar determinado y en un tiempo determinado. Los judíos se reunían y eran llevados a pie a una distancia de 5-10 km, fuera de la ciudad. Allí, en una de los valles naturales en general, sin que sea necesario cavar pozos, los soldados mataban a todos mediante disparos. De acuerdo a las estimaciones, hay en toda la ex unión soviética entre 2000 y 3000 fosas comunes. Prácticamente al lado de cada pueblo donde había judíos hay una fosa común.
Cerca de 900 mil judíos fueron asesinados en Ucrania, el lugar más famoso, el cual pasó a ser el símbolo del asesinato de judíosr es “Babi Yar”. El mismo, se encontraba en el pasado en las afueras de la ciudad de Kiev y hoy se erige allí un monumento en el centro de la ciudad. El 19 de septiembre de 1941, Kiev fue conquistada por el ejército alemán, y luego de 10 días, el 29 de septiembre, 34 mil judíos locales y de los alrededores fueron asesinados en Babi Yar. Los judíos de Kiev llegaron al lugar de encuentro a la hora que les fue dicho y comenzaron a marchar a lo largo de la calle principal de la ciudad, la calle Melnikovsky, hacia el cementerio judío local. Cuando atravesaron la puerta se les ordenó dejar sus pertenencias en el lugar y de a grupos fueron marchando hacia el bosque, ingresaron al valle y allí los asesinaron los nazis.

A pesar de que Babi Yar se convirtió en lugar de peregrinación para muchos judíos los cuales deseaban transmitir de generación en generación el recuerdo de sus seres queridos, tan solo en 1974 fue construido el monumento de recordación de los caídos. De hecho, el monumento no señala que los caídos eran judíos, sino “ciudadanos ucranianos”. Solo en 1991 fue puesto un cartel el cual reconoce a los asesinados en Babi Yar como judíos.

En forma milagrosa, el 30 de septiembre de 1941 fue la víspera de Iom Kipur, y desde entonces, Iom Kipur pasó a ser el Día de Recordación oficial de los judíos de Kiev. Cuentan que cuando el Rab Bleich, hoy en día el Gran Rabino de Ucrania, llegó a la ciudad en 1988, se sorprendió al ver lo que sucedía en la sinagoga en Iom Kipur – el Beit Kneset, el cual estaba prácticamente vacío durante el año, se llenó completamente. Cuando llegó el momento de recitar el kadish de duelo, todos los feligreses, desde jóvenes hasta ancianos, se pararon y comenzaron a recitar el kadish. Iom Kipur se transformó en el Iortzait (aniversario de fallecimiento) de la comunidad.

Los soviétivos negaron dicha masacre en particular y la shoá en general. La Segunda Guerra Mundial tuvo lugar y el “pueblo soviético” perdió 20 millones de sus ciudadanos, y dentro de ellos judíos, rusos, ucranianos, etc. Es cierto, quizás pasó algo allí en Europa, quizás hubo campos de exterminio en Polonia, pero los judíos de la Unión Soviética murieron solo en sus casas.

Tiempo de infierno

En Ucrania hay hoy en día cerca de 300 mil judíos, de los cuales 100 mil viven en Kiev, sin embargo la estimación demográfica sobre el número de judíos en el país varía entre 100 mil y medio millón, sin posibilidad de brindar un número exacto. En total hay cerca de 100 comunidades en Ucrania, algunas grandes y la mayoría pequeñas. Aparte de la capital, Kiev, hay comunidades en Tomer, Berdychiv, Odesa, Nikolaiv, Jarkov, Lamberger (Lebov), Chernovil (Sedigura), Daniproptrovsk y Medzhybizh (la ciudad del Baal Shem Tov). En Uman, la ciudad de Rabi Najman de Breslav, hay cerca de 50 judíos, a pesar de que miles de personas llegan al lugar durante las festividades.

La sensación de quienes trabajan hoy día en el renacimiento de la vida judía en Kiev y en Ucrania en general es de lucha por los sobrevivientes. “Nos encontramos por lo visto en la última generación que es posible salvar judíos”, dicen. Solo los judíos que llegan hoy en día a la comunidad son los que quedarán como público judío. Incluso en la actualidad siguen “descubriendo” judíos ocultos, judíos que nos sabían que tenían raíces judías o que temían confesarlo. En la presente situación en Ucrania, encontrar una familia judía por parte de los cuatro abuelos es algo poco común. Incluso en el colegio de Jabad, donde solo reciben judíos de acuerdo a la halajá, 90% de los alumnos, tienen madre judía pero padre no judío. Los matrimonios mixtos se encuentran prácticamente en todas las familias.

De acuerdo a las estadísticas que fueron presentadas en el Comité de Aliá y Absorción de la Kneset, menos del 20% de los judíos de Rusia y Ucrania se encuentran expuestos a programas de temáticas judías. La mayoría del millón de judíos (o meritorios de la Ley de Retorno) que viven hoy en Rusia o en Ucrania no se encuentran relacionados con la comunidad, sinagoga o identidad judía.

En Kiev hay 3 comunidades activas: una en el marco de la sinagoga “Pudul”, a cargo del rabino Iaacov Bleich, el cual se encuentra en la zona hace ya varios años y se desempeña como el Gran Rabino del país; la segunda comunidad es la comunidad “Brodsky”, a cargo del Rabino Asman (Jabad); y en el Beit Kneset “Galaxi” tiene lugar hoy día actividades de la “midrashá sionista” la cual actúa bajo el auspicio de la Agencia Judía, a cargo del Rabino Shlomó Namán (egresado de Straus-Amiel) y mediante la cual se propaga Torá y Sionismo, acercando a las personas de la ciudad al judaísmo.
En la ciudad hay una sucursal de la Yeshivá “Esh Hatorá”, donde se realizan clases de Torá y plegarias de shabat. A comparación de las 3 o 4 sinagogas activas hoy en día, hay que recordar que antes de la revolución de 1917 se encontraban casi 100 sinagogas en la ciudad. Asimismo, hay seis colegios judíos, tres redes de Jabad, el colegio “Keren Or Hajaim” el cual se encuentra ligado al Rabino Bleich, y otros dos colegios tradicionalistas.

Los judíos de Ucrania y Kiev no se encuentran a la vista, no llenan las sinagogas a pesar del renacimiento de la comunidad, a pesar del redespertar judaico, religioso y sionista en la ciudad. Los judíos de Kiev siguen viviendo como anusim (forzados), cerrados en ellos mismos, ocultan su identidad, y no transmiten su fe y su identidad a las próximas generaciones.

Que terrible este lugar

El edificio del Beit Kneset “Brodsky” fue construido en el año 1898 por un judío famoso y el más grande productor de azúcar de esos tiempos, Lazar Brodsky. El Beit Kneset fue construido con gran resplandor y funcionaba como la Gran Sinagoga de Kiev. En el año 1929, luego de que los comunistas subieron al poder, el Beit Kneset fue cerrado y el edificio fue confiscado para el Club de los Obreros Judíos. Con el tiempo los judíos fueron desapareciendo y el Beit Kneset se transformó en un club para todo tipo de obreros, hasta que finalmente se erigió allí el teatro local de la ciudad de Kiev.

El edificio fue preservado en forma milagrosa, debido a que cuando los nazis conquistaron el lugar no derrumbaron el Beit Hakneset sino que lo convirtieron en un establo. En el año 1955 el edificio se convirtió en el teatro de marionetas de Kiev, con el auspicio del gobierno comunista. En el año 1992, un año después de que Ucrania se independizó, el presidente Leonid Karbachuk ordenó devolver todos los edificios que fueron confiscados por el gobierno comunista y entre ellos el Beit Kneset. Es importante remarcar que antes de que sea devuelto todo el edificio, a lo largo de los años tuvo lugar un minián de ancianos los cuales aún recordaban al edificio en todo su esplendor, en un cuarto pequeño y pobre al costado del Beit Hankeset. Hoy en día, el lugar sirve como sinagoga, centro comunitario y comedor para los necesitados, hay también una yeshivá para jóvenes, una mikve y un restaurante kosher.

La sinagoga “Pudul” fue construida en 1902 y abrió sus puertas nuevamente en 1947. En el último tiempo fueron realizadas refacciones y cambió su estilo, ya no se parece a las sinagogas clásicas de la época comunista. Una de las más sobresalientes características de la sinagoga es la frase que se extiende en una de las paredes: “que terrible es este lugar”. Nosotros no estamos acostumbrados a ver este tipo de frases en un Beit Kneset. La tradición relata que los judíos escribieron dicha frase en la pared de la sinagoga no como un versículo que se refiere a la tefilá o a la santidad del lugar, sino a los soviéticos. Que terrible este lugar, literalmente. Este país, este gobierno. Algo como el “hasta cuando” que estamos acostumbrados a ver en las bases militares del ejército. Es interesante remarcar que también en otras sinagogas que se encontraban activas durante la época comunista aparecen versículos que recalcan la relación con el gobierno, como el Beit Kneset en Riga donde se encuentra escrito en el Harón HaKodesh hasta hoy en día: “bendito que no nos puso presa de sus dientes”; y en el Beit Kneset Marina Rosa el cual fue incendiado en el pasado en Moscú se encontraba en el lugar del jazán “por favor D-s salva a mi alma”.

Rabino Eliahu Birnbaum

Shabat frente a las playas de Marruecos

Gibraltar

La colonia británica en el extremo de la península ibérica preserva olores españoles de la España previa a la expulsión, y mantiene una comunidad judía pequeña, antigua y la cual respeta shabat.

Esta es la historia de una comunidad de 300 años, la cual se caracteriza entre otras cosas debido a que todos sus miembros respetan shabat. Quien camina por las calles de Gibraltar en shabat, verá que más de la mitad de los negocios de la pequeña ciudad se encuentran cerrados, debido a que todos los judíos locales cierran sus empresas. A pesar de que shabat es el día de comercio que más ganancias da, debido a los barcos y a los turistas que llegan a la ciudad – puerto exento de impuestos – no hay un solo judío entre los 600 judíos del lugar que trabaje en shabat o que abra su negocio.

Gibraltar es sin duda alguna una comunidad judía especial entre las comunidades judías de la diáspora. En el punto más al sur del oeste de Europa, a una distancia pequeña de África, hay un enclave geográfico único, el cual es a su vez un enclave judío en relación al resto de Europa y al mundo entero. Gibraltar es de hecho una mezcla histórica de la comunidad española, británica y marroquí, la cual durante los años desarrolló su suave y amable carácter. El carácter de la comunidad judía de Gibraltar compite tan solo con el increíble paisaje que la rodea.

Colonia británica con un toque español

Gibraltar es un país pequeño, con un territorio de aproximadamente 6.5 kilómetros cuadrados. El país cuenta con 25.000 ciudadanos, de ellos cerca de 600 judíos (2.5%). Dicha pequeña comunidad tiene una increíble influencia sobre la ciudad, y los judíos son una parte central de la historia del lugar.

A pesar de su pequeñez, Gibraltar es un punto estratégico de primer nivel. Aquí se encuentran Europa y África, de norte a sur; y el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico – del este al oeste. El estrecho de Gibraltar “cierra” el Mar Mediterráneo, y desde Gibraltar misma se ve Marruecos y “tras él” todo África.

No es casualidad que muchos han luchado por controlar el lugar. En el aspecto geográfico, Gibraltar es parte de España, pero en el aspecto militar y político, tiene una gran importancia para los británicos, los cuales lucharon con toda su fuerza por el lugar y lo controlan hasta hoy en día. Hace 300 años que España demanda el control del lugar nuevamente, pero a pesar de todos los intentos, ya sean de guerra o de paz, Gibraltar sigue en manos de los británicos. Desde el siglo XVIII y hasta hoy día, la misma es una colonia británica: el gobernador de Gibraltar es un representante de la reina inglesa (el primer ministro es elegido por los ciudadanos), y los juzgados juzgan de acuerdo a la ley inglesa. Los vuelos directos desde Londres aterrizan en un aeropuerto sumamente único en el mundo – la pista de aterrizaje fue construida como un muelle artificial sobre el agua, de 200 metros de largo. El aeropuerto cruza el centro de la ciudad, y cuando aterrizan aviones, se cierran las calles de alrededor, así como el paso de autos, hasta después del aterrizaje…

El nombre Gibraltar es al parecer una abreviatura de las palabras árabes “G´iber el Tarik”, el Monte Tarik, el cual es llamado a nombre de un héroe musulmán que conquistó España en el siglo VIII.

Salvación del ataque de piratas

Los judíos vivieron en Gibraltar por lo menos desde el siglo XIV. Las reseñas históricas nos enseñan que la comunidad judía publicó un llamado de ayuda (en el año 1356) para liberar un grupo de judíos que fueron tomados prisioneros por medio de piratas. Otro documento demuestra que un grupo de judíos anusim, los cuales se escaparon de las persecuciones en Andalucía, pidieron asentarse en Gibraltar en 1473. Luego de la expulsión de España en 1492, muchos judíos pasaron por Gibraltar en su camino al norte de África. La ola contraria, de regreso del norte de África hacia la península ibérica, creo la comunidad judía de Gibraltar: comerciantes judíos de Tetuán, Marruecos, vinieron a asentarse poco tiempo después de que Gibraltar fue conquistada por primera vez por los ingleses en 1704.

Desde la prohibición de ingreso hasta primer ministro

En una de las secciones del acuerdo Utrecht de 1704, donde España transfiere el dominio de Gibraltar a los ingleses, aparece una sección con características antisemitas claras, la cual establece la prohibición del asentamiento de judíos en la península ibérica: “Su Majestad inglesa, de acuerdo al pedido del rey católico, acepta que no se asienten judíos ni árabes en Gibraltar y que no puedan adquirir bienes raíces”.

Al comienzo, el gobierno británico se esforzó por cumplir con esta restricción y “limpiar” a Gibraltar de sus judíos, sin embargo, las necesidades prácticas de preservar el comercio con Marruecos eran más fuertes que los acuerdos, y llevaron finalmente a la cancelación de dicho artículo. Debido a que Gibraltar dependía de Marruecos en todo lo que se refería a la provisión de alimentos los cuales eran difíciles de traer desde Inglaterra. Dicha dependencia era crítica cada vez que España sitiaba la colonia. Los comerciantes judíos de Marruecos eran los responsables de la transferencia de comida para el ejército británico y para los ciudadanos y así pasaron a ser habitantes del lugar. De hecho, la presencia judía en Gibraltar es continua desde 1704, un hecho poco común en Europa. La shoá no afectó a los judíos de Gibraltar – la cual se mantuvo con soberanía británica durante la guerra. La mayoría de los judíos de Gibraltar fueron evacuados, como el resto de los ciudadanos, ha Inglaterra y Jamaica para que la colonia sirva de base militar de los aliados. Luego de la guerra, volvieron a Gibraltar solo la mitad de los judíos del lugar, y la comunidad se encogió bastante.

A pesar del mal comienzo, justamente el primer Primer Ministro de la historia de Gibraltar era judío: Sr Ioshúa Jazan. Joshua Jazan dirigió la vida política de Gibraltar durante más de 30 años, primero como Alcalde y luego como Primer Ministro (el líder de los Ministros en términos locales). Y no se trata de un “judío – domesticado”: cuando era Primer Ministro, Jazan era a su vez el presidente del Beit Kneset Nefutzot Iehudá.

Por supuesto que los judíos también sufrieron por el hecho de que el Primer Ministro era judío, dado que éste, no estaba dispuesto a realizar doble estándar entre los judíos y los habitantes locales y siempre juzgaba a los judíos con más severidad…

4 sinagogas

En 1749 fueron quitadas todas las limitaciones legales sobre el asentamiento de judíos en la colonia, y el primer rabino del lugar, el Rabino Aizik Nieto, vino de Londres y fundó la comunidad “Shaar Shamaim”, la más antigua sinagoga de Gibraltar. Con el florecimiento de la comunidad fueron construidos otras sinagogas adicionales: Nefutzot Iehudá (uno de las más lindas y la cual cuenta con grandes decoraciones) en 1781; Etz Hajaim en 1781 y Abudraham en 1820. Hoy en día, las cuatro sinagogas – las cuales no son grandes pero su belleza impresiona y se nota que hay una gran inversión en ellos – siguen existiendo y se encuentran funcionando, mientras que el más antiguo es a su vez el más activo. Una sinagoga para jóvenes fue agregada, la cual funciona en shabat dentro del colegio comunitario.

Las sinagogas continúan siendo el centro comunitario incluso hoy día. En shabat, todas las 5 sinagogas se encuentran activas y están llenas de feligreses; la comunidad desarrolló una creativa idea para preservar el respeto y el lugar de las sinagogas y para asegurar el uso de las mismas durante la semana. Durante el año, los feligreses mantienen una especie de rotación entre las instituciones. Dividen al año en 4 partes, y en cada Beit Kneset rezan shajarit, minjá y arvit en forma alternada durante tres meses. Cuando es el turno de uno, todo el público se reúne en él durante la semana, y el resto está abierto solo en shabat.

Esta técnica especial, es una muy creativa forma de preservar las sinagogas y la unión de la comunidad.

Ecos de la España antigua

En todas las sinagogas se entonan en Shabat melodías sefaradiot y de acuerdo al rito sefaradí de antes de la inquisición. La mayoría de las costumbres se asimilan a las costumbres marroquíes, sin embargo algunas reflejan las costumbres de España antes de la expulsión. Hasta hoy en día se acostumbra a leer en shabat y jol hamoed pesaj shir hashirim en Ladino, y Pirkei Avot entre Pesaj y Shavuot en Ladino como se acostumbraba en España antes de la expulsión. Una de las canciones que nunca saltearán la mesa de shabat de la familia judía de Gibraltar es la famosa canción “bendigamos”.

Dicha canción es una plegaria que se dice después de la comida, y que representa una especie de sustituto al birkat hamazón. Los anusim de España y Portugal entonaban dicha melodía, la cual no cuenta con señales judías claras, para no renunciar a la bendición después de las comidas, y a su vez no demostrar su judeidad para con los invitados que venían a su casa. Hoy en día, dicha canción se recita en adición al Birkat Hamazón en muchas casas de descendientes de españoles. La canción es dicha en Ladino.

El colegio y el lugar de la educación judía en la comunidad

Pocas son las comunidades pequeñas en el mundo que logran tener su propio sistema educativo judío el cual cuenta con todos los niños de la comunidad. La comunidad judía de Gibraltar tiene un colegio primario donde estudian 90 niños y un secundario separado para niños (22 alumnos) y niñas (16 alumnas).

Luego de la finalización de los estudios en la secundaria local, la mayoría de los jóvenes viajan a estudiar a Yeshivot de Inglaterra o Israel y continúan sus estudios en las universidades – no hay universidad en Gibraltar – hasta que retornan a Gibraltar por el resto de su vida.

El Rabino Psifisi, uno de los rabinos que llegó a la comunidad hace 30 años, invirtió su energía en la enseñanza y la educación de los jóvenes. Se centró en un pequeño grupo de niños y niñas con grandes capacidades, dirigió su camino y los envió a estudiar a Yeshivot del otro lado del mar. Los jóvenes retornaron a Gibraltar y con el paso del tiempo se tornaron en los líderes de la comunidad judía. En su momento ellos dejaron su huella sobre la vida en la isla, y cambiaron el nivel de cumplimiento de la tradición religiosa en el lugar. Por supuesto, que esta situación asegura que no hay asimilación en la comunidad judía de Gibraltar, ni matrimonios mixtos. Hoy en día, el Rab Jasid, el Gran Rabino del lugar, continúa haciendo muchas cosas para fortalecer la educadión y la religión en el lugar.

Muchas veces hay discusiones en las comunidades judías de la diáspora sobre el lugar y la fuerza de la educación judía como el formador de la identidad judía de los jóvenes de la comunidad. Los que están a favor dicen que no hay forma de crear una identidad en general y la identidad judía en particular, sin estudiar las fuentes judías y sin crear un marco de “vivencia judía” tanto para los alumnos religiosos como para quienes no lo son. Los que están en contra, dicen que la influencia de la ambiental y cultural de los distintos países es mucho más fuerte que un par de horas de educación judía que un niño o joven judía recibe durante la semana, y por la tanto no hay mucho beneficio en brindar educación judía.
La realidad es que la mayoría de las comunidades invierten grandes esfuerzos para que exista un sistema de estudio judío, para continuar preservando y transmitiendo la identidad judía a las generaciones venideras. El ejemplo de Gibraltar es sin duda un gran ejemplo de la fuerza de la educación judía y de lo que la comunidad puede hacer para preservar la identidad judía de la generación joven.

Acantilado espiritual

“Gibraltar es una comunidad muy unida. Cuenta con una larga tradición de respeto a las diferentes religiones y culturas. Nosotros nos arreglamos muy bien”, me dijo el presidente de la comunidad, Jaim Levi, cuando le pregunté qué es lo que caracteriza a su comunidad. Y de hecho, católicos, musulmanes y judíos conviven en paz y armonía en Gibraltar.
Pareciera ser que los días que los judíos enviaban dulces a sus amigos no judíos en purim y los no judíos compraban tortas en las repostería kasher para traer a sus amigos judíos en sus festividades son tan solo un recuerdo, sin embargo aún se puede señalar al lugar como sitio de convivencia pacífica.

También en la comunidad judía se mantiene la unión y la fraternidad. Esto es posible aprenderlo, de acuerdo al encargado de la sinagoga “Nefutzot Iehudá” de los adornos que se encuentran en la sinagoga. Sobre el Harón Kodesh hay dos piñas grandes. De acuerdo a lo que dice el encargado, no es casualidad que se haya elegido a las piñas para decorar la sinagoga, sino que esto tiene un gran significado, para enseñarnos que en la comunidad debe haber unión. Si quitamos una hoja de la piña, la misma se desarma – así sucede también en la comunidad judía, si quitamos a alguien, la comunidad pierde la unión.

Gibraltar es una comunidad pequeña, incluso muy pequeña a nivel numérico, sin embargo es grande y fuerte en todo lo que respecta a la vida judía en el lugar. Cinco sinagogas, tres colegios, cementerio, negocios y restaurantes kasher, plegarias, personas que respetan shabat, una yeshiva y un rabino, son sin duda alguna los sígnos de una comunidad pequeña que es grande.

Gibraltar es conocida en las fotos y en las postales por el gran acantilado en el que se encuentra. Hay quienes la denominan la “tierra del acantilado”. Sin embargo, pareciera ser que el verdadero acantilado que representa a la comunidad es el acantilado de “Tzur Israel”, la fortaleza interna de la comunidad y el hecho de ser una comunidad pequeña pero con una gran fuerza.

Rabino Eliahu Birnbaum

República Dominicana, Santo Domingo

¿Acaso oyeron mis lectores sobre la República Dominicana? ¿Acaso hay en ella judíos? ¿Cómo llegaron los judíos a dicho país trópico el cual se encuentra rodeado de junglas y su clima es sumamente cálido? ¿Oyeron alguna vez sobre el Shteitl – colonia judía – en medio de ella?

La república dominicana es un país que se encuentra al este de la isla Española, en el Caribe. El clima trópico el cual trae consigo calor y humedad persiste durante todo el año. La isla donde se encuentra la república dominicana, fue donde Colón paró en su camino al Nuevo Mundo. El hermano de Colón, Diego, era el gobernador de la Isla y su casa se encuentra hasta hoy en día en el centro del país. También los huesos de Colón y su hermano se encuentran enterrados en Santo Domingo. A pesar de que hay quienes dicen que los huesos de los hermanos fueron trasladados a Sevilla, España, quien conoce del tema dicen que el cadáver equivocado fue transferido hacia allí.

El Shteitel judío

En 1938, en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos judíos se escaparon de los nazis, y varios países no quisieron aceptarlos, el presidente Rafael Trujillo, el cruel dictador, ofreció refugio a cien mil judíos en la república dominicana. Sin embargo, sorprendentemente, solo 645 llegaron a instalarse. Los inmigrantes se asentaron en la pequeñísima costa norte Sosuá, la que hasta ese momento era solo jungla y crearon allí una especie de Shteitel judío, asentamiento colectivo, donde vivían de acuerdo a la tradición judía y compartían una economía agrícola en conjunto.
A su llegada, todo colono judío recibía 80 acres de tierra, 10 vacas, una mula y un caballo. A pesar de que la mayoría de los colonos era judíos alemanes o austríacos, los cuales poseían un oficio, se adaptaron a la vida agrícola que les ofrecieron y establecieron un asentamiento judío exitoso “Productos Sosuá” el cual produce hasta hoy en día la mayor cantidad de productos lácteos y de carne del país.

La bondad de Trujillo provenía, por lo visto, de su esperanza de que los países occidentales no se concentren en el asesinato de los 25.000 ciudadanos de Haití en 1937 y de su deseo de “blanquear” su raza. Él, creía que hombres jóvenes europeos se casarían con mujeres dominicanas y darían a luz niños de tez clara. Incluso si no logró purificar su nombre trayendo judíos a su tierra, tuvo razón en que la mayoría de los pobladores era jóvenes solteros y que de hecho se casaron con mujeres dominicanas. Los niños se veían a sí mismo como judíos y la mayoría se quedo en Sosuá.
Hoy en día, solo 20 de las familias judías originarias quedaron en el lugar. La mayoría de los judíos, de 700 colonos, se mudaron a New York o Miami hasta los años ´40 del siglo XX. Hasta 1980, la ciudad eran tan solo judía, sin embargo, con la apertura de un aeropuerto internacional, Puerto Plata, la misma se convirtió en un gran sitio de visita. Hoy en día, hay 3000 habitantes fijos, entre ellos cerca de 30 judíos, aquellos que se quedaron en Sosuá y mantuvieron sus tierras a lo largo de los años.

En Sosuá, hay una sinagoga que se encuentra activa, y allí se realizan servicios en las Altas Fiestas, mientras que en el pasado, la misma funcionaba todos los días de la semana. Asimismo, la pequeña comunidad cuenta con un museo el cual está dedicado a la historia de los pobladores judíos.

Los primeros judíos del país

Los primeros judíos se asentaron en la zona del Caribe a mediados del siglo XVIII, luego de que dejaron de ser colonias españolas. Los judíos llegaron en forma secreta, como anusim, como todos los judíos anusim, querían distanciarse de la inquisición. Entre los países donde se asentaron los judíos en dicha época, se encuentran principalmente: Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica y República Dominicana, la cual estuvo bajo el mandato español hasta 1821. La liberación de la colonia del yugo español, les permitió a los judíos expandir sus actividades comerciales y participar en el desarrollo de dicha zona del Nuevo mundo. Luego de la independencia, los judíos españoles de Curazao y de otras islas caribeñas se asentaron en la republica dominicana con apertura y tranquilidad, se casaron con dominicanas, y se integraron en la sociedad. Sus descendientes pasaron a ser presidentes, políticos, educadores, escritores e intelectuales de primera línea. Sin embargo, incluso luego de la independencia de la España católica, quedaron Fuertes centros eclesiásticos que debido a la influencia Española, no veían con buen ojo la llegada de judíos a la zona e intentaron frenar dichas olas. Por tal razón, los judíos debían tener mucho cuidado respecto a su vida religiosa. Los mismos, comprendieron que vivir una vida judía un tanto “oculta” es el precio que deben pagar para poder adaptarse a la sociedad.

El status de los judíos en el país

En la descripción de un viajero francés del año 1795, encontramos testimonio de las persecuciones contra los judíos en dicha época: “en Santo Domingo hay muchos judíos… durante la procesión, las mujeres y los niños sostienen muñecas que representan judíos y ellas son colgadas de los tranvías y en las plazas. Los soldados les disparan y a veces asaltan y se destruyen casas judías. El año pasado, fueron asesinados tres de ellos” (extraído del libro Bnei Ahuma Aiehudit Beezor Hakaribi, Mordejai Arbel, pag 247).

El proceso de independencia de la republica dominicana, no fue fácil ni rápido. En el año 1821 se declaró la independencia del estado luego de una revolución contra el gobierno español. Sin embargo, en ese entonces la Republica Dominicana pasó a manos de su vecino occidental, Haití, y luego fue nuevamente anexada al gobierno español, hasta 1865, en que nuevamente volvió a ser un país libre hasta hoy en día.

Luego de la liberación de la Republica dominicana del gobierno de Haití, surgió una discusión interna entre la población local y el gobierno, sobre el trato que deben recibir los judíos del lugar y los cuales se ocupan del comercio nacional e internacional. Hubo grupos que pedían regresar a la religión de sus antecesores y a la herencia española antigua y librarse de los judíos tal como hicieron bajo el gobierno español e inquisitorial. Otros, veían en la renovación de la Republica Dominicana, un nuevo fenómeno, el cual poseía una nueva identidad nacional. Estos últimos, veían la necesidad de preservar a los judíos como factor de desarrollo del país.

En un documento histórico el cual fue escrito por el presidente del país en el año 1846, el Sr. Santana, se encuentra representada la lucha y aparecen consideraciones en pro y en contra, sumamente interesantes, respecto a los judíos locales. El documento responde a las acusaciones contra los judíos, de acuerdo a las cuales los mismos compraron mercadería de los agricultores y personas locales, a un precio sumamente alto.

“Para el Gran Comandante de La Vega (quien deseaba dañar a los judíos), la comisión de ministros ha debatido hoy sobre la petición que se le ha entregado al presidente mediante el Comandante de La Vega y en ella la solicitud de tomar medidas contra aquellos judíos que se ocupan del comercio en dicho asentamiento. Luego de investigar profundamente, la Comisión de Ministros decidió responder a los acusadores:

En la petición se ha dicho que cuatro o cinco judíos dañan al país dado que compran onzas de oro y productos agrícolas a precios exorbitantes. Sin embargo, dichas palabras muestran que no es el pueblo quien se queja, ¡dado que ningún agricultor va a quejarse si un judío le da 100 pesos por 100 libras de tabaco, mientras que un comerciante dominicano le dará solo 50!

Por lo tanto, no hay ningún daño. Al contrario, mucho provecho tiene esto!

En el siglo XIX, el deseo de perseguir personas calmas y evitar que compren tabaco con excusas religiosas – es una escandalosa profanación de la predicación de Jesús… la oposición de dichos dominicanos debe cambiar. En lugar de oír la voz del instinto, oigan a la voz de la justicia y sean agradecidos. Los cuatro judíos que ustedes persiguen, fueron los primeros en conseguir fondos para la Guerra, mientras que ciertos dominicanos se sentaban cruzados de brazos y dañaban la moral de los patriotas que defendían la libertad de la republica… los judíos no le enseñan sus creencias al resto, y no obligan a otros a cumplir lo que ellos hacen… ellos participan en nuestros actos y sostienen nuestra cultura con sus donaciones.

Firman: el Presidente, el Ministro del Interior, el Ministro del Exterior y el Ministro de Guerra. Sin ninguna duda, es una carta sumamente impresionante en relación al lugar y la época en donde fue escrita, y es modelo del buen trato que los judíos deben recibir en todos los países donde se encuentren.

A pesar de esto, en el año 1861 finalizó la época de oro de los judíos en la Republica Dominicana, la cual les dio la igualdad de derechos, y los españoles volvieron a gobernar la zona hasta 1865, siendo Santo Domingo la colonia central de la corona Española. Con el gobierno español, retornó el extremismo religioso y la falta de tolerancia para con los herejes y judíos, a mano del Arzobispo Monzón. La presión de los judíos los llevo a unirse a las fuerzas de oposición civil, las cuales lucharon contra el gobierno español para volver a establecer la República Dominicana.

Asimilación por elección

Lamentablemente, la historia de los judíos de la republica dominicana, se encuentra siempre acompañada de asimilación y matrimonios mixtos. Ya desde la llegada de los judíos al país comenzó el proceso de “fusión de los judíos españoles y los dominicanos”. La asimilación dentro de la población local fue por propia voluntad, dado que los judíos recibieron un buen trato, no como en otros países, donde la asimilación fue un proceso que fueron obligados llevar a cabo.

Familias judías portuguesas que llegaron a la Republica Dominicana, como – Lopez, Penia, Naar, Najamíes, De Castro, todas se convirtieron al catolicismo. Sin embargo, lo que caracteriza a la asimilación de los judíos de Santo Domingo es la perdida de la identidad, mientras que preservan el orgullo judío. Muchas generaciones después de haber dejado el judaísmo, hijos, nietos y descendientes de familias judías preservan orgullosamente el origen de la familia y el hecho de que la misma haya sido judía al comienzo. Muchas veces el judío español dominicano continuo denominándose “hebreo” incluso luego de convertirse. Un increíble ejemplo encontramos en las palabras del presidente de la Republica Dominicana en 1916, el Sr. Francisco Henríquez Carvajal, donde de acuerdo a su testimonio: “soy hijo de padre judío y de madre conversa. No es posible culparla de haberse debido convertir al catolicismo, para mí, es judía”.

En mi visita a Santo Domingo, oí relatos clásicos sobre abuelos y padres que le contaron a su familia que llevan sangre judía e incluso alma judía, y que había extrañas costumbres de encender velas los viernes por la noche y no realizar trabajos en determinados días.

El comienzo de la comunidad organizada

Los judíos de la República Dominicana, no formaron comunidades entre los siglos XVIII – XIX. Es posible afirmar que solo gracias al presidente Trujillo, el cual creó la colonia judía Sosuá y construyo la sinagoga de Santo Domingo en 1958, los judíos pasaron a ser una comunidad organizada.

Hoy en día, hay en la comunidad cerca de 350 judíos. La mayoría no son locales, solo 50 son descendientes de aquellos inmigrantes originarios, y el resto llegaron por voluntad propia buscando otros horizontes y la expansión del comercio local.

La comunidad principal se encuentra en la sinagoga que construyo Trujillo, y cuenta con particulares características. En su página web figura:

“Quienes somos: somos una pequeña pero muy activa comunidad, la cual no se encuentra anexada a ninguna corriente étnica o ideológica actual; deseamos encontrar el “camino de oro” en la práctica de nuestras creencias, lejos de ambos extremos: el liberal y el conservador”.

Beit Hakneset: nuestro rito lo cumplimos de forma tradicional, en su mayoría en hebreo; no utilizamos sistemas de amplificación de voz; a pesar de que no contamos con una división formal, los hombres y las mujeres se sientan en forma separada; tenemos minian en kabalat shabat y los jueves por la mañana; realizamos iortzait (aniversarios de fallecimiento) y otros eventos particulares del ciclo de vida judío…”. Sin ninguna duda, una comunidad particular, la cual busca un camino que no muy común en el mundo judío.

Además de la comunidad, el Beit Jabad y el sheliaj que está a cargo del mismo, el Rabino Shimón Felman, sirven como casa judía para los miembros de la comunidad y para las muchas visitas y personas de negocios que llegan al país.

Rabino Eliahu Birnbaum

Latido judío en medio del mundo católico

Roma, Italia

El judaísmo romano cuenta con prácticamente 2000 años de historia continua y de identidad exclusiva. La mañana, la abre el Gran Rabino en el hospital, como cardiólogo.

Caminar por las calles de Roma, y en especial por la zona del gueto judío, significa sentir los ecos de la larga historia, increíble y continua. Sus comienzos se remontan al Segundo Templo, a los días de los macabeos, y desde el imperio romano – luego de una corta interrupción – la continuación se mantiene.

Pero por supuesto, Roma es ante todo la capital de la historia del imperio romano y de la iglesia católica. La presencia judía recibe un tono especial debido a que es la ciudad donde se encuentra el Vaticano, asentamiento de los Papas desde hace siglos. ¿Cómo influyeron al carácter judío de la ciudad la caída del imperio romano y las campanas de las iglesias? ¿Cómo vivieron y viven los judíos en el corazón del centro mundial del cristianismo?

Los dos mil años de esta comunidad particular es una especie de reflejo de toda la historia de la diáspora judía. La luz y la oscuridad que fueron parte de los judíos romanos de la capital católica son una miniatura de las dificultades que pasó el pueblo judío en las distintas diásporas. La forma de la comunidad romana de preservar su existencia física y espiritual incluso en difíciles condiciones al mismo tiempo que aporta e influencia a la cultura local, nos enseña el secreto de la existencia del pueblo judío.

Ni ashkenazíes ni sefaradíes

La comunidad italiana no es ni ashkenazita ni sefaradita, como lo son la mayor parte de las comunidades de Israel, sino que tiene su propia y única tradición. Durante una larga época los judíos desarrollaron una cultura independiente la cual no cuenta con similar alguno en el resto de las diásporas. Los judíos de Italia, en su gran mayoría, se encontraban mezclados con sus compatriotas, no tenían una vestimenta especial y hablaban el idioma local; el uso del idioma hebreo se encontraba limitado a la tefilá únicamente. Sin embargo también aquí había un “idioma judío”: “el judaico romanesco”. Muchos escritores romanos escribieron en este dialecto italiano, el cual era conocido por todos los judíos como el ladino para los sefaradíes y el idish para los ashkenazíes.

Testimonio del largo trayecto de la judería romana, es el estilo romano de la tefilá. El mismo, es el más antiguo de los que conocemos hoy en día, y es el que se reza en la Gran Sinagoga de Roma y en otras sinagogas de la ciudad. La fuente de dicho estilo se encuentra en Babilonia y en otros estilos antiguos de la tierra de Israel. Quien no solo leyó el sidur sino que tuvo el mérito de oír dicho estilo de tefilá, pudo percibir la pronunciación especial de las palabras y las músicas especiales del estilo italiano, las cuales son distintas a las ashkenazíes y sefaradíes.

El comienzo del asentamiento

La diáspora romana es la más antigua de las diásporas de Europa. Los judíos se encuentran en Roma desde la época de Julio Cesar, y desde ese entonces la vida judía se mantiene en forma continua en el lugar a distintos niveles, dependiendo de la época. Otras diásporas en cambio, incluso aquellas que cuentan con una larga historia, no lograron tanta continuidad, y esto sin ninguna duda influye al presente de la comunidad y quizás también al futuro.

En el año 4 d.e.c llegó a Roma una delegación de Israel para pedir que se cancele el gobierno de la casa de Herodes. Dicha delegación contaba con 8000 personas. Parte de ellos, se quedaron en la ciudad y se asentaron en la misma. Hace unos años, descubrieron un esplendoroso Beit Kneset cercano al puerto romano, el cual fue erigido a fines del siglo I. De acuerdo a las investigaciones, ya en dicha época había en Italia cerca de una docena de sinagogas activas.

Entre Roma y Jerusalem

La relación entre los judíos de Roma y sus hermanos de la tierra de Israel era muy cercana y cada uno cuidó al otro. Los judíos de Roma donaron ampliamente a sus hermanos de la Tierra Santa y de Jerusalem e incluso luego de la destrucción del segundo templo, continuaron los judíos romanos apoyando a la institución presidencial de la tierra de Israel. Los judíos de Israel sostenían a los judíos de Roma a nivel espiritual y se ocupaban de que la tradición no sea olvidada allí. Esto, lo sabemos debido a que Rabi Matia Ben Jeresh, alumno de Rabi Ishmael, se asentó en Roma y fue nombrado líder del Beit Hamidrash local (Tratado de Sanhedrín 32b). También otros sabios acostumbraban visitar la capital del Imperio Romano de vez en cuando. La visita más famosa es la del Nasí Rabán Gamliel, y con él los sabios de Iavne, en el año 95. En el midrash Devarim Raba se relata: “sucedió cuando nuestros sabios estaban en Roma, Rabi Eleazar, Rabi Eliezer ben Urquenus, Rabi Ieoshúa y Raban Gamliel…” (Simán 24).

También Filón de Alejandría llegó a Roma en el año 40, junto con una delegación de judíos de Alejandría. El objetivo de la visita era convencer al César Calígula que anule el decreto que obligaba a los judíos poner estatuas romanas en todas las sinagogas. En su diario, comentó Filón, que durante su recorrido por la ciudad, encontró a la comunidad judía reunida en la costa derecha del Tíber.

Al comienzo, los judíos romanos tenían derechos especiales y recibieron permiso del gobierno para practicar el judaísmo. Julio César los liberó del servicio militar y les permitió reunirse con objetivos religiosos e incluso erigir instituciones judiciales para judíos de acuerdo a la ley judía.

El dominio del cristianismo sobre el imperio romano en el siglo IV trajo consigo el empeoramiento de las condiciones para los judíos de Roma y del resto del mundo. Luego de que el cristianismo pasó a ser la religión oficial del imperio, el status de los judíos dependía del Papa, y aquel no siempre se preocupó por el beneficio de los israelitas, por decirlo en forma diplomática. La presión de la iglesia llevó a la discriminación de los judíos a nivel civil, económico y religioso. Se les prohibió tener trabajadores católicos, trabajar en puestos públicos y crear nuevas sinagogas. En el siglo V se agregaron otras limitaciones relacionadas con el lugar donde podían vivir, la ropa que debían vestir y el aumento de los impuestos que debían pagar.

A la sombra del Vaticano

La relación entre “el trono sagrado” del cristianismo y los judíos locales, puede ser definida como “compleja”, y cuenta con subidas y bajadas – entre ellos también algunas ocasiones crueles y difíciles. Por un lado, tenemos testimonios de judíos que trabajaban en distintos puestos en la curia. Uno de los más interesantes testimonios es del siglo XII, cuando Benjamín de Tudela describe a la comunidad de Roma, y nombra a un judío llamado R. Iejiel – nieto de R. Natan, el conocido exégeta talmúdico el cual escribió el libro “HaAruj” – y que asiste al Papa Alejandro III:

Roma es la capital de la monarquía de Edom. Y allí se encuentran cerca de 200 respetados judíos y no se le cobra impuestos a nadie. Y entre ellos, hay quienes asisten al Papa Alejandro, líder de Edom. Y allí se encuentran grandes sabios y a su cabeza el Rabino Daniel y R. Iejiel, quien asiste al Papa, y es un bello chico, sabio e inteligente. Y él entra y sale de la casa del Papa y es su empleado y se encuentra a cargo de todo lo relacionado al Papa.

A partir del siglo XIII, los papas comenzaron a publicar la “bula”, un edicto que defendía a los judíos y los protegía en ciertas áreas pero que no los eximía de determinadas degradaciones. Dicha bula, servía de protección para los judíos de Europa en general y los de Roma en particular, y les permitió a los judíos que se escaparon de Alemania, España y el sur de Italia en los siglos XIV-XV ingresar a Roma y residir allí.

El Papa Pablo IV, quien ingresó a su puesto a mediados del siglo XV, decretó una legislación anti judía la cual fue utilizada a continuación por casi todos los Papas que vinieron luego de él. Les impuso a los judíos obligaciones y prohibiciones en distintas áreas, entre ellas: la prohibición de poseer casas y tierras, la obligación de que los hombres usen sombreros amarillos y las mujeres pañuelos amarillos, la prohibición de tener empleados católicos, la limitación de la actividad pública de los judíos y la reducción de su trabajo como prestadores de dinero a cambio de interés, la prohibición de tener relaciones sociales con católicos y la obligación de oír la prédica católica en shabat.

Dicho siglo, es sumamente difícil para los judíos de Roma. Los mismos, fueron obligados a participar de las prédicas de los predicadores cristianos, monjes y curas, las cuales tuvieron lugar en su mayoría en Shabat en el Beit Hakneset. Dado que los predicadores no tuvieron tanto éxito en convencer a los judíos de Roma en convertirse y convertir a otras personas al cristianismo, la iglesia utilizó el secuestro de mujeres y niños pequeños, los cuales fueron tomados a la fuerza de sus familias y convertidos. Dichos eventos continuaron hasta 1870.

El mismo Pablo ordenó crear un gueto en Roma, en el año 1555. El origen de la palabra gueto se remonta al idioma Italiano, GHETTO, y el primero fue establecido en Venecia – Italia – a comienzos de dicho siglo (1516). Luego de que el gueto de Roma fue establecido, comenzaron proliferar rápidamente nuevos guetos en toda Europa – en Francia, en Alemania y en países adicionales. Pío V continuó el camino de su antecesor, hasta que prácticamente no había ciudades en Italia donde no había guetos. Le debemos, entonces, la palabra y el lugar que pasó a ser el símbolo de la angustia y la persecución de los judíos en todas las generaciones, al “santo trono” y a quien se encuentra en su cabeza.

Sin embargo, mientras que en otros lugares de Europa habían persecuciones contra los judíos durante la edad media, y comunidades completas fueron expulsadas de sus países, ciudades y pueblos de Inglaterra, Francia y España, justamente en Roma los judíos estaban protegidos de la expulsión, entre otras cosas por la creencia de la iglesia acerca de que la existencia y la diáspora judía son la prueba de la verdad del cristianismo. Esto, se debe principalmente a la interpretación de los cristianos del versículo de los Salmos “No los mates, para que mi pueblo no los olvide” (Salmos 59:12).

Tan sólo en la época de la emancipación, pudieron los judíos liberarse de la presión eclesiástica, y por supuesto – esto llevó a que los judíos apoyen la revolución. En el año 1798 Roma fue conquistada por los franceses y en honor a dicho hecho, los judíos establecieron el “árbol de la libertad” en la plaza central del gueto, el cual representaba la igualdad de status civil con aquel del resto de los ciudadanos.

Sin embargo, dicha libertad no duró muchos años y Roma volvió a ser gobernada por el gobierno italiano y papal en el año 1814. Los judíos regresaron al gueto hasta el año 1848, cuando Pío IX destruyó los muros del mismo. Tan sólo en 1870, finalizó el gobierno papal de Roma. Los judíos salieron completamente de su asentamiento en el gueto y su status fue comparado al del resto de los ciudadanos. Dicho acontecimiento, llevó a varios judíos a instalarse nuevamente en Roma. A partir del año 1870 hasta 1930 la población judía de la ciudad creció de 4000 a 11000 personas, y los judíos volvieron a formar parte del área comercial y cultural de la ciudad.

Camisas Pardas

El fin de la era papal no trajo consigo el fin del antisemitismo hacia los judíos romanos. En el año 1934 apareció el partido fascista, el cual declaró a los judíos el enemigo del movimiento y del pueblo. A pesar de la gran afinidad entre los judíos y la cultura y la sociedad romana, y quizás justamente por eso, los judíos italianos sufrieron la dictadura fascista la cual los quitó de los puestos públicos y de los colegios. Así, a pesar del deseo de los judíos italianos de asimilarse a su alrededor e incluso mezclarse en la cultura local, les fue nuevamente recordado su status particular.

En la víspera de la shoá, en toda Italia había 43000 judíos, y doce mil de ellos en Roma. 7000 judíos italianos fueron enviados a los campos de exterminio, y tan solo 800 fueron salvados. La mayor parte de los judíos de Italia – cerca de 30000, se escondieron durante la guerra en distintos lugares, en especial en casas de vecinos, curas y en monasterios. Cerca de 4000 judíos romanos encontraron albergue en instituciones eclesiásticas. Inmediatamente luego de la guerra la comunidad romana fue restaurada y una década después, ya contaba nuevamente con 12000 judíos.

En Roma, sucedieron dos tragedias, más allá del exterminio de 2000 judíos. Una, la más conocida, fue la negativa del Papa Pío XII de condenar el asesinato de judíos en la shoá. La segunda, fue una tragedia local: el Gran Rabino de Roma, el Rabino Israel Zolli, se convirtió al cristianismo poco tiempo después de la guerra. Dicha figura pública, encontró refugio en el Vaticano durante el período bélico, y con la liberación de la ciudad en 1945, el mismo fue alejado de su puesto debido a sospechas que durante la guerra había entregado listas de judíos al ejército Nazi. Zolli eligió convertirse al cristianismo. El Rabinato lo recibió el Rabino David Prato y luego el Rabino Elia Tabaf, el cual se desempeñó en dicho puesto durante 50 años.

Los judíos romanos en la actualidad

Los judíos romanos e italianos se dividen en dos grupos: los judíos italianos auténticos, “de Roma”, descendientes de aquellos que se asentaron en la zona durante el imperio romano; judíos de ascendencia sefaradí los cuales llegaron después de la expulsión de España en los siglos XVI y XVII; judíos sefaradíes que llegaron en el siglo XX, principalmente de Libia, Irán, Egipto e Iraq; judíos ashkenazíes, quienes arribaron a Italia producto de las persecuciones.

A pesar de la división sociológica e histórica, es difícil decir que las diferencias son tangibles. Gran parte de los emigrantes a Italia se “asimilaron” a la cultura judía italiana y adoptaron las costumbres del lugar, desde los gustos gastronómicos y hasta las músicas y las tefilot. Otros continúan respetando las costumbres de los lugares de donde provienen, pero se han integrado de forma completa en la vida comunitaria y social. Así, la comunidad de Roma es sumamente distinta a la de Milán por ejemplo, la cual a pesar de ser la segunda más grande de Italia, no tiene fuertes raíces y es producto de la “reunificación de las diásporas” de judíos que llegaron de Persia, Lubia, Siria, etc.

Incluso hoy en día, hay en Italia – a diferencia de la mayor parte de Europa – una gran dispersión geográfica de los judíos a lo largo de la bota italiana. En Roma viven cerca de 15000 judíos, la mayor parte de la judería italiana; en Milán 10000. El resto de los judíos italianos se dividen en comunidades medianas de 500 a 1000 judíos en Torino, Venecia, Florencia, Livorno y Trieste, y comunidades pequeñas las cuales cuentan con entre 100 y 200 judíos, en ciudades tales como Bolonia, Génova, Nápoles, Padua y Piza – comunidades que en su mayoría se encuentran en proceso de desfallecimiento. En comunidades “miniatura” como Sicilia, Apulia, Vari o Torino en el sur de Italia hay una cantidad de judíos que no llega a minián. En total se trata de 30.000 judíos, los cuales se encuentran dispersos en más de treinta ciudades o pueblos. Los judíos de Italia viven con plena asimilación: de acuerdo a los líderes locales, en las comunidades pequeñas el porcentaje de matrimonios mixtos llega al 80%, mientras que en las grandes es de aproximadamente el 50%.
Es importante recalcar, que la investigación que se llevó a cabo a comienzos del siglo XXI nos demuestra que el 62% de los judíos que fueron elegidos no ven al matrimonio mixto como algo negativo.

Beit Midrash para rabanim

Entre las más respetadas instituciones del judaísmo romano es posible recalcar a un antiguo instituto y a uno nuevo. El instituto que cuenta con una larga historia es el Beit Hamidrash para Rabinos el cual fue establecido por Shmuel David Lutzato, Shadal en Pádova en el año 1829, y más tarde se trasladó a Roma. Desde su comienzo, el Beit Hamidrash capacita sin descanso a generaciones y generaciones de rabinos de acuerdo a la costumbre italiana, combinando el estudio de Torá con el de materias seculares. El nuevo instituto, es una universidad judía, “Touro Colleage”, con la presidencia del Rabino Dr. Shalom Bachbut – única institución europea leal a la integración clásica la cual era costumbre en Roma entre el judaísmo y la cultura general.

El gran rabino de Roma, el Rabino Dr. Di Seni, continúa una larga tradición italiana, la cual proviene de la edad media, de rabinos que eran a su vez médicos. El Rab Di Seni comienza su día como médico y continúa después del mediodía como Gran Rabino y curador de almas. Debido a su puesto, el mismo sirve como la figura espiritual, y como tal asiste a los judíos de la comunidad romana, y como “ministro de relaciones exteriores” en todo lo que tiene que ver con el Vaticano y el gobierno italiano a nivel religioso.

Uno de las figuras más activas por el fortalecimiento de la judería romana y de las comunidades pequeñas, es el Rabino Rubén De La Roca, director educativo de la “Federación de Comunidades Italianas”, organización que abarca a todas las comunidades italianas, fue establecida de acuerdo a la ley estatal y cuenta con apoyo presupuestario del gobierno. De acuerdo a la legislación local, la cual comienza en 1930, todos los judíos italianos deben pertenecer y estar inscriptos en una de las comunidades judías del país, y parte de los impuestos que el particular abona son transferidos directamente a su comunidad. Este modelo es sumamente extraño en la edad moderna, donde en su mayoría, la pertenencia a comunidades en el mundo occidental es voluntaria y un tema netamente organizativo de los judíos, y no un asunto gubernamental.

De hecho, los judíos romanos le deben gran parte de su supervivencia al gobierno fascista, el cual legisló en 1938 una ley que defiende la “raza italiana”, y así prohibió a los niños judíos y a otros, estudiar en los colegios primarios donde estudiaban los “arios”. Esto, llevó a la apertura de instituciones judías para los niños que fueron expulsados de los colegios estatales. El colegio judío de Roma, incluye desde jardín de infantes hasta fines del secundario y cuenta con cerca de 1000 alumnos.

En Roma, hay más de diez sinagogas activas, cuando la más grande e importante es la Gran Sinagoga de Roma donde continúan rezando de acuerdo a la tradición originaria y antigua de los judíos romanos. Además del Beit Kneset, la comunidad de cuenta con todo lo necesario para poder vivir una vida judía y religiosa, colegios judíos, geriátrico y hospital judío, instituciones de bienestar, movimientos juveniles sionistas, revistas judías, tribunales rabínicos, biblioteca, museo que relata la historia de la comunidad y muchas clases de Torá.

El arco del triunfo y la costumbre del lugar

Quien llega a Roma, no puede no visitar el arco del triunfo, el cual representa el triunfo pasado del imperio romano sobre el pueblo judío, durante La Gran Revolución en el año 70. En los relieves del arco – el cual se encuentra allí cerca de 2000 años – hay esculpidos prisioneros del imperio de Iehudá los cuales llevan consigo los instrumentos del Beit Hamidkash e ingresan derrotados a la capital romana. Una práctica común entre los judíos romanos es el no pasar bajo dicho arco. Quienes conocen del tema, cuentan que los judíos de Roma pasaron bajo el arco del triunfo solo una vez y en el sentido contrario. La fecha de dicha marcha fue el día del establecimiento del Estado de Israel, el 5 de Iyar de 5708, y la dirección de la marcha fue hacia el sur, hacia Eretz Israel.

Así, mientras que el Pueblo de Israel y el Estado de Israel existen y se fortalece cada vez más, de Tito y del imperio romano no queda más que el Arco del Triunfo. Y así dicen los judíos de Roma: “Tito, quien destruyó el Beit Hamikdash y exilió a los judíos de la Tierra de Israel, ¿que quedó de él?, un monumento, un lindo monumento…”.
A pesar de la larga y complicada historia de los judíos romanos, los mismos se encuentran orgullosos de su identidad judía y romana, y de su camino especial, tomando un sitio de honor en la historia de nuestro pueblo. El antiguo gueto judío ya no es lugar de vivienda, sino una zona turística, con restaurantes kasher, sinagogas y en especial un ambiente con olores del pasado los cuales fueron preservados en las calles del gueto y representan el pasado glorioso de la comunidad romana.

Rabino Eliahu Birnbaum

Seder de Pesaj por la tarde

Brno, República Checa

Luego de 30 años de letargo, la comunidad de Brno, en la República Checa, vuelve a la vida llena de dilemas halájicos.
Queridos hermanos y hermanas, hoy es un importante día no sólo para nuestra comunidad sino para todos los judíos de Moravia. Estamos por inaugurar la nueva mikve de nuestra comunidad, la primera mikve que se construye, luego de la shoá, en la República Checa. Invertimos mucho dinero en la misma, dado que ésta, es la prueba de que Stalin y el comunismo, y Hitler y los Nazis se equivocaron, y no lograron eliminar al pueblo judío. Esta mikve será el símbolo y la esperanza de las próximas generaciones, de que a pesar de la shoá el pueblo judío aún existe.
(Discurso del Sr. Pavel Frid, presidente de la comunidad de Brno, en el acto de inauguración de la mikve en Rosh Jodesh Jeshván 5767).

Todos conocen el gran pasado de la judería de Praga gracias al Maharal y a otras importantes figuras. Pero muy pocos han oído de Brno, la capital de la zona de Moravia en la República Checa.

La comunidad judía de dicha ciudad es de las más antiguas de Europa, y sus raíces provienen de comienzos del siglo XIII. Ya en 1243, el año en que Brno fue oficialmente reconocida como ciudad, había allí judíos; una de las 5 puertas que fueron creadas en ese mismo año se llama “la puerta de los judíos”.

Antes de la shoá, vivían en Brno más de 14.000 judíos, los cuales asistían a 7 sinagogas. Entre los años 1941-1942 los mismos fueron deportados al ghetto de Terezín y de allí a los campos de exterminio. Luego de la guerra, retornaron a Brno solamente cerca de 1000 judíos. Cuando los comunistas tomaron el gobierno en el año 1948, muchos judíos dejaron el país, y 20 años después, cuando los rusos conquistaron Checoslovaquia, parte de los restantes emigraron a otros países de Europa. Hasta la revolución de 1989, era peligroso identificarse como judío y los mismos se reunían tan solo en los actos de Iom Hashoá, y vivían alrededor de la historia y la cultura judía.

Luego de la liberación del comunismo, surgió la posibilidad de revivir la vida judía y así también se abrió el único Beit Kneset que sobrevivió la guerra. Hoy en día, los miembros de la comunidad son alrededor de 300 judíos habitantes de Brno, muchos de ellos ya mayores. Trescientos miembros más viven en las ciudades cercanas a Olomouc y Ostrava.
En las paredes externas del Beit Kneset, el cual fue construido en 1936, no hay ningún símbolo judío. En el mismo, tienen lugar plegarias de shabat y festividades, sin embargo como en toda comunidad en que los matrimonios mixtos son parte de la historia, hay varias veces cerca de 30 feligreses, hombres y mujeres, pero no hay minián…

El Rabino se enfrenta a la situación

La shoá y el comunismo no fueron los primeros golpes que sufrió la comunidad judía de Moravia. En el año 1455, cuarenta años antes de la expulsión de España, los judíos fueron expulsados de la ciudad, y entre ellos los judíos de Berno y Olomouc, hacia los pueblos. Se formó una nueva e interesante situación donde las más importantes comunidades estaban en los pueblos y no en las grandes ciudades. Tan sólo en 1870, durante el gobierno de José II en el imperio austro-húngaro, los judíos de la zona recibieron igualdad de derechos.

En el área de Moravia vivían grandes sabios de diferentes épocas: el Shaj (Siftei Cohén), Rabi Ionatan Aivishitz, el Rabino Shimshon Rafael Hirsh y también el Maharal de Praga, quien durante la mayor parte de su vida fue rabino de Nikolsburgo, cercana a Brno y allí escribió la mayor parte de sus libros.

Hasta el año 1970 el Rabino de la comunidad era el Rabino Richard Feder z”l, quien actuaba bajo el gobierno comunista. Y después de él, no hubo rabino en la comunidad hasta que llegó el Rabino Moshé Koler en el año 2003. Luego de un largo período sin rabino, se presentaron muchas preguntas halájicas sin duda alguna. El nuevo rabino debía enfrentarse a interesantes situaciones la cual demostraba el alejamiento de la tradición por un lado, y el deseo de preservar la herencia judía por el otro.

Durante su primer año, cuando pidió saber a qué hora hacen el seder de pesaj, le contestó que a las 17hs… a pesar de que el atardecer y la salida de las estrellas es sólo después de las 20hs. El presidente le explicó que muchos de los asistentes son personas ancianas, a las cuales la salud no les permite esperar hasta tan tarde sin comida. Y así debía el rabino enfrentarse con la preparación del seder durante el día. ¿Cómo se hace kidush durante el día? ¿Se cumple la obligación de las 4 copas de día? ¿Se puede recitar el maguid de la hagadá durante el día? ¿Acaso el Rabino y su familia deben realizar todas las mitzvot de pesaj nuevamente después de la salida de las estrellas?

Polvo y cenizas

El cementerio judío local parece un bello y floreciente jardín, y la comunidad se encuentra muy orgullosa del cuidado del mismo. Las primeras tumbas son de 1854. Sin embargo, también aquí se despiertan varias y originales preguntas halájicas.

Hace unos meses falleció uno de los judíos locales, quien pidió que antes de que quemen su cuerpo y lo pongan en un frasco en un cementerio no judío, le hagan el lavado ritual judío de acuerdo a la halajá, digan esped (palabras en honor al fallecido), kadish, y algunos salmos en la casa fúnebre judía. La costumbre de quemar los cuerpos en la República Checa existe hace ya varias generaciones. Es la forma natural de ser enterrado y tampoco los judíos no ven nada malo en esto. En mi visita al cementerio, vi una zona apartada de las demás, y me fue explicado que se trata de personas que eligieron ser quemadas pero no estaban dispuestas a ser enterradas en un cementerio no judío…

“La costumbre del lugar” en el cementerio de Brno, es a mi forma de ver algo único en el mundo y muy “original”. Durante los años del gobierno comunista, muchos judíos se casaron con mujeres no judías. A veces el amor fue más fuerte que la halajá, y dichas parejas pidieron ser enterradas en forma conjunta en el cementerio judío. ¿Pero cómo puede la mujer no judía ser enterrada al lado de su marido judío?

A dicho problema se le encontró una original solución: luego de que el esposo falleció el mismo fue enterrado de forma judía. Luego de que la mujer falleció, su cuerpo fue quemado y la vasija con las cenizas fue puesta en una caja a los pies de la lápida de su esposo… así los dos esposos fueron enterrados en forma conjunta. La explicación para dicha costumbre es que ¡es inconcebible que un judío sea enterrado al lado de un goy en un cementerio judío!, pero luego de quemar el cuerpo, es tan sólo polvo.

Tevilá en el jacuzzi

Durante la construcción de la nueva mikve de la comunidad, recibí una llamada telefónica del Rabino, el cual me preguntó si es posible construir una mikve que es también jacuzzi (en el mismo pozo). Cuándo le pregunté el porqué de su pregunta, me dijo que la comunidad no comprende la importancia de la construcción de la mikve, y está dispuesta a ayudar tan solo si servirá también como jacuzzi, como parte de un SPA. Finalmente, la comunidad aceptó la opinión del rabino, y construyó una mikve clásica sin jacuzzi, donde al lado hay un sauna, jacuzzi y un SPA. La inauguración de la mikve, la cual fue construida con la ayuda de “La Comisión de Rabinos de Europa”, fue un emocionante evento, del cual participaron una gran parte de los miembros de la comunidad.

El Rabino de la comunidad, el Rab Moshé Koler, intenta renovar la vida judía de la comunidad de Brno de la misma forma en que explica la profecía de los huesos secos de Yejezkel: primero, intenta construir la base material de la comunidad: Beit Kneset, Mikve, comer casher donde haya comidas todos los días para los miembros de la comunidad y un lugar para seminarios y actividades sabáticas. Luego, el Rabino desea que la segunda parte de la profecía se haga realidad: reunir a todos los judíos y sus descendientes de la zona de Brno y Moravia, a actividades judías y shabatot compartidos. Y así, con la ayuda de Di-s, se cumplirá: “y les daré mi espíritu y vivirán…”.

A pesar de que la comunidad cuenta con sólo 300 judíos, los cuales en su mayoría son personas mayores, y es posible de que la mikve no tenga uso diario, semanal o incluso mensual, la misma tiene un significado especial en dicho lugar. Se transforma en el símbolo de la existencia judía “a pesar de todo lo sucedido”, representando el triunfo del pueblo de Israel sobre sus enemigos. De esta forma, incluso si las mujeres no realizan tevilá habitualmente, la mikve se encuentra en “uso” en todo momento. La misma, no deja de ser el símbolo de la esperanza ni siquiera un instante.

Rabino Eliahu Birnbaum

La ciudad de los sueños

Praga, República Checa

Luego de muchos años de guerra y comunismo, la comunidad judía de Praga comienza a despertarse. La ciudad donde sus sinagogas se transformaron en museos y sus habitantes aún temen al Golem del altillo.

La Praga judía, es sin duda alguna, sumamente especial. Más allá de la historia de la ciudad y de la comunidad judía, de la belleza de los edificios y de las sinagogas, en Praga corre un aire especial. El pasado y el presente viven entremezclados. La leyenda y la realidad se fusionan en sus calles. El Maharal de Praga y Franz Kafka no son personajes que formaron parte del pasado de la comunidad, sino que siguen vibrando hasta hoy en día en la conciencia y en la identidad de los judíos de la ciudad.

Quien camina por las calles del barrio judío de Praga siente como si caminase en la sombra del Maharal de Praga y del golem que él creó. No se trata solamente de historia, ni tampoco de leyendas y cuentos. Hasta hoy en día es posible escuchar debates entre los distintos turistas acerca de si el Golem fue realmente creado o no y si todavía se encuentra en el altillo de Altnoishul (la sinagoga vieja-nueva). De todas formas, no encontrarán a nadie que esté dispuesto a poner una escalera y trepar al altillo del Beit Hakneset para poder resolver el dilema.

Pareciera ser que las especiales características de esta tan especial ciudad pueden ser resumidas en un reloj que se encuentra en la entrada de la municipalidad, la cual en lugar de números cuenta con letras en hebreo, y sus agujas van hacia atrás. Intentando transmitirnos que en Praga el tiempo no avanza hacia adelante, sino hacia atrás, o que el mismo no tiene significado alguno.

Muchas leyendas acompañan la historia de la ciudad. Una de las mismas cuenta cómo comenzó la comunidad judía de Praga:

Mucho, pero mucho antes de que Herodes reinase, había en la tierra de Israel tres personas justas, descendientes del rey David, a las cuales Hashem les reveló, en un sueño, lo que decretó hacer a su pueblo. Dichas personas justas, dado que no querían ser testigos de dicho sufrimiento, decidieron viajar a un lugar lejano, cualquiera que sea. Fue entonces, que tomaron a sus familias y dejaron la tierra de Israel. Estas personas santas, partieron sin destino, mientras que una estrella y una menorá con sus siete velas encendidas los iluminaban desde el cielo para mostrarles el camino. Dichas personas, trajeron consigo libros sagrados los cuales estudiaban en el camino, y cuando un animal salvaje o bandidos los veían, huían del lugar atemorizados. Pero un día, uno de sus niños transgredió el shabat. Era la noche de shabat, ya estaba oscuro, la estrella ya se encontraba en el camino y la menorá les alumbraba, cuando dicho niño cortó una ramita e hizo de la misma un palo. En ese mismo instante desapareció la estrella y la menorá se apagó. Empezaron a perderse, este para aquí, otro para allí, hasta que se separaron uno del otro. Así llegó uno de ellos con sus hijos a Toledo, España, el segundo llegó a Worms, Alemania y el tercero llegó a Bohemia, a orillas del Moldava, mucho tiempo antes de que hayan allí alemanes y eslavos. Esta última persona construyó una ciudad para sí mismo y la llamó Praga (de acuerdo al libro de Gustap Fritg).

Mil años de historia

Praga siempre fue un importante centro para la cultura judía. Grandes rabinos activaron allí en la edad media e influenciaron a todo el mundo judío con sus grandes ideas. “Le edad de oro” de la comunidad judía de Praga fue durante el gobierno de Rodolfo II, durante el traspaso del siglo XVI al siglo XVII. En dicha época, vivían en Praga un gran número de rabinos, iluminados y filósofos, parte de ellos se dedicaron a estudiar astronomía, matemática e historia. El último apogeo de la cultura judía en Praga fue a fines del siglo XX, en ese entonces vivían en la ciudad escritores, poetas y filósofos y varios artistas, cuyas obras enriquecieron la cultura y la literatura checa, alemana y hebrea moderna.

Praga, la capital de la república checa, fue durante muchas generaciones uno de los centro judíos antiguos más importantes del centro de Europa. Gracias a su ubicación en el centro de Bohemia, la comunidad judía de Praga fue desde el comienzo un centro natural para el resto de las comunidades de la zona, y por tal razón los acontecimientos de su pasado son la mayor parte de la historia de los judíos de la República Checa. A pesar de haber sufrido muchas tragedias, pogroms e intentos de expulsión, el asentamiento judío y la vida religiosa nunca fue cortada durante miles de años de la historia judía de Praga.

Los primero judíos que se asentaron en Bohemia y Moravia al parecer llegaron en la época romana, pero no hay pruebas históricas o documentos que lo certifiquen. De todas formas, no hay duda que el asentamiento judío en la zona de Moravia y en la ciudad de Praga comenzó a fines del siglo X, y hay testimonios de que los judíos viven en Praga desde el año 970. Hasta fines del siglo XI se estableció en Praga una comunidad judía, y a comienzos del siglo XII los judíos sufrieron persecuciones: al comienzo a manos de los cruzados en 1096, y luego durante el sitio al castillo de Praga en 1142.

Ya en el siglo XVI Praga era un centro judío importante en Europa, y había en la misma, rabinos muy conocidos como el Maharal (Rabi Iehuda Loew 1510-1609) y Hanodá Mi-Iehudá (el Rab Yejezquel Landa, 1713-1793). En los años 1522-1541 la comunidad judía de Praga se duplicó. Inmigrantes judíos que fueron expulsados de Moravia, Alemania, Austria y España, llegaron a Praga. El barrio judío se convirtió en un gueto en forma oficial, pero el traspaso del mismo no fue señalado a nivel legal. En dicha época el gueto creció dado que les fue permitido a los judíos adquirir tierras cercanas al gueto y construir casas.

En 1567 los derechos de los judíos fueron autorizados por el emperador Maximiliano II. El crecimiento económico y cultural de la comunidad judía tuvo lugar durante el gobierno de Rodolfo II, el cual autorizó todos los derechos anteriores de 1576 y les prometió a los judíos no expulsarlos nuevamente de Praga. A comienzos del siglo XVIII vivían en Praga más judíos que en cualquier otro lugar del mundo y en 1708 los judíos eran un cuarto de la población general de Praga. Lamentablemente la edad de oro terminó cuando la emperadora María Teresa subió al poder, la cual expulsó a los judíos de Praga entre 1745 y 1748. Los judíos retornaron a Praga durante el gobierno del emperador Joseph II (1780-1790), quien en octubre de 1781 publicó un decreto de tolerancia, donde aceptaron la idea de tolerancia religiosa.

Piedras “condicionadas”

Como hemos dicho, el más conocido de los rabinos de Praga es el Maharal, Rabi Iehuda Loew ben Betzalel). En el año 5333 (1573) el Maharal creó un gran Beit Midrash conocido como “el Kloiz”, allí enseñó Torá durante 11 años. A pesar de que el Maharal no sirvió como rabino de Praga, el mismo era conocido como el líder espiritual de la comunidad.
En adición al Maharal, florecieron y activaron en la comunidad judía de Praga grandes rabinos. Ya en el siglo XI el Rabino Menajem ben Makir se encontraba activo allí, el hermano de Rabeinu Gershón me Or Hagolá. A mediados del siglo XII se encontraban en la yeshivá de Rabenu Tam en Francia, sabios provenientes de Praga, como Rabi Yitzchak ben Rabi Mordejai y Rabi Eliezer ben Rabi Itzjak de los Vaalei HaTosafot. En el siglo XIII activaba en Praga Rabi Yitzchak Ben Moshé escritor del libro “Or Zarúa”, y en el siglo XVI activaron allí Rabi Iom Tov Lippmann Heller, escritor de “Tosfot Iom Tov”, y el Shlá Hakadosh quien realizó aliá en el año 1621. En el siglo XVII vivía en la ciudad el autor de “Hanodá Beiehudá”, el Rabino Yejezkel Landa, quien se desempeñó como rabino de Praga durante los años 1755-1793.

El esplendor del judaísmo de Praga se encuentra manifestado por ser el primer lugar donde hubo una imprenta judía en el centro y este de Europa desde comienzos del siglo XVI (la primera imprenta al norte de los Alpes). Ya en el año 5272 (1512) fue impreso en Praga un sidur, y entre los libros más famosos que se publicaron en dicha época, se encuentra “La Hagadá de Praga”, la cual sirvió de ejemplo para muchas más hagadot.

Praga era la ciudad de las sinagogas y las yeshivot, y hasta la actualidad, representan las mismas, el pilar de la comunidad judía. Existen hoy en día 7 sinagogas en la ciudad: Klaus, Pinkas, Meizel, Sefaradí, Ierushalmi, Altnoishul, y una pequeña sinagoga de Jabad la cual sirve a israelíes y turistas. En nuestros días, lamentablemente las sinagogas fueron transformadas en museos, sin embargo es posible encontrar en esto consuelo, dado que gracias a los ingresos que obtienen del costo de entrada de los varios turistas, judíos y no judíos, la comunidad puede sobrevivir y ayudar a aquellos miembros que lo necesitan. Este fenómeno de transformar sinagogas en museos es muy conocido en las ciudades antiguas de Europa.

En el beit kneset sefaradí tienen lugar cada semana un minián reformista, y en el beit kneset Ierushalmi se realizan tefilot todos los shabatot de acuerdo al rito ierushalmi-jasídico. Aunque sin duda, la sinagoga más especial, la más antigua y la más conocida es Altnoishul. No es posible escribir sobre los judíos de Praga, sus historias y su naturaleza, sin referirse al beit hakneset donde se encuentra el golem…

Altnoishul es hoy en día el sitio más antiguo de la ciudad judía de Praga, y el más antiguo beit kneset que sobrevivió en Europa y se mantiene en pie de forma completa. Fue construido en el siglo XIII y fue denominado en el comienzo la nueva o gran sinagoga, pero hasta que se crearon otras sinagogas en el gueto hacia fines del siglo XVI, pasó a ser conocido con el nombre “nuevo-antiguo” – Altnoishul. Otra explicación para dicho nombre puede ser encontrada en una antigua leyenda, de acuerdo a la cual las piedras del Beit Kneset fueron traídas a Praga, por medio de ángeles, desde el Beit Hamikdash, con la condición (altnoi) de que sean devueltas al mismo cuando éste sea reconstruido. Varias leyendas fueron creadas respecto a dicho beit kneset, a lo largo de sus 700 años de existencia. De acuerdo a una de ellas, la sinagoga se salvó de incendios mediante alas de ángeles que se transformaron en palomas, y por tal razón se ha preservado hasta hoy en día en forma completa.

Una linda leyenda describe la profunda relación que existe entre el beit hakneset Altnoishul y Jerusalem:
Los muros de la sinagoga contaban todo lo que sucedía en la tierra de Israel en cada momento. La primera generación que se asentó en Praga no tenía nada más que mirar las paredes. Cuando Tito el malvado y sus legiones llegaron a las puertas de Ierushalaim, los muros del beit kneset comenzaron de repente a derribarse, las puertas del Harón Hakodesh se salieron de su lugar y se abrieron, el rollo de la Torá se movió solo y se frenó en la parashá en que Hashem nos advierte lo que nos sucederá si no vamos por su camino. De repente se oyó de aquí y de allí, de arriba y de abajo y desde el aire la melodía de la meguilá de Eijá.

Doble Cántico al Shabat

Como hemos dicho, la leyenda más famosa del Beit Hakneset Altnoishul es la leyenda del golem de Praga. De acuerdo a la leyenda el Maharal creó al golem a la orilla del río Volta, una noche de primavera de 1580. Se relata que primero creó la forma y luego le dio vida con una frase que incluía el nombre sagrado de Hashem. Al golem se le dio el nombre de Yosef y trabajó como sirviente en la casa del Maharal. El único momento en que el rabino le quitaba el espíritu de vida al golem era en shabat, en ese santo día el mismo yacía, como un bloque material, hasta fines del día sagrado. Un shabat, el Maharal se olvidó de quitarle el espíritu de vida y el golem perdió el control. Salió a la calle, destruyó todo lo que se interpuso en su camino y creó pánico en todos los ciudadanos. En ese entonces, el Maharal se encontraba en la sinagoga pero al oir lo sucedido, salió inmediatamente a detenerlo y logró devolverlo a su lugar en el altillo, allí le quitó el espíritu de vida y el golem explotó. De acuerdo a la leyenda, sobre la frente del golem estaba escrita la palabra “emet” (verdad en hebreo), y su muerte fue causada quitando la letra alef dejando formada la palabra “met” (muerto). Finalmente, el material del golem fue depositado en el altillo del Altnoishul, y se prohibió la entrada al lugar.

El altillo del Beit Hakneset pasó a ser un lugar sumamente misterioso, debido a la historia del golem. El sabio Rabi Yejezkel Landa, escritor del libro “HaNodá BeIehudá” prohibió la entrada al lugar y de acuerdo a la leyenda, hasta hoy en día nadie subió a dicho lugar. Los habitantes de Praga, incluso aquellos que no son judíos, no se atreven a acercarse a dicho altillo. Durante el gobierno nazi, en el año 1941, subió allí el gobernador nazi de la República Checa y poco tiempo después del hecho, fue asesinado. La figura del golem se encuentra grabada en la cultura y la conciencia de los checos hasta hoy en día. Si frenan a checos no judíos en las calle del Beit Hakneset y le preguntan sobre el golem, recibirán respuestas firmes, como si se tratase de un hecho totalmente real. Hay incluso aquellos que temen que retorne.

Muchas costumbres caracterizan a la sinagoga Altnoishul y a la tefilá de la misma. En la pared occidental hay un cuadro colgado con las costumbres del lugar. Entre las más conocidas y las más extrañas se encuentra la de recitar dos veces el “Salmo al Día del Shabat” una vez tras otra, con una pequeña interrupción en el medio. También dicha costumbre está relacionada con la leyenda del golem de Praga. De acuerdo a lo relatado, en el momento en que el golem perdió el control, el Maharal se encontraba en la sinagoga, en la mitad de la lectura del “Salmo al Día del Shabat”. Cuando retornó ordenó que digan nuevamente dicho salmo, para demostrar que entre su salida y su regreso el shabat simbólicamente se detuvo. Desde entonces y hasta hoy en día, el Beit Hakneset Altnoishul es el único en el mundo en que se dice dicho salmo dos veces.

Junto con la sinagoga, el cementerio judío antiguo – uno de los más antiguos y mejor preservados de toda Europa – es el sitio turístico más llamativo de la ciudad vieja de Praga. El cementerio fue establecido a comienzos del siglo XV en la zona occidental del gueto. De las lápidas, es posible aprender muchísimo sobre los judíos de Praga a lo largo de las generaciones.

El novio de 88 años

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, vivían en Bohemia y Moravia alrededor de 90.000 judíos, de los cuales 55.000 residían en Praga. Cerca de 80.000 fueron asesinados en la Shoá. 74.000 judíos de la República Checa fueron apresados en el Gueto de Theresienstadt y 80% de los mismos fueron transferidos a Auschwitz, Majdanek, Treblinka y Sobibor. Otros judíos checos fueron enviados directamente a campos de exterminación. Luego de la guerra, quedaron 13.000 judíos en la República Checa. Hasta 1950 la mitad de ellos realizaron aliá.

La mayor parte de los judíos de la República Checa viven en Praga, sin embargo hay también judíos en comunidades pequeñas como Ostrava, Pilsen, Teplitz, Karlovy Vary, Olomouc, Deichin, Liberec y Usti. La comunidad judía de Praga cuenta con 1700 miembros, aunque se cree que hay otros miles de judíos que no son miembros de la comunidad. Estos últimos, retornaron a Praga luego de la shoá y pidieron borrar su pasado, tal como sucedió en otros lugares del este de Europa, y comenzar una nueva vida. El temor al gobierno y a la inscripción comunitaria aún existe. Es importante recordar que los judíos fueron exiliados durante la shoá de acuerdo a las listas de la comunidad, y por tal razón hasta hoy en día hay muchos judíos que se niegan a ser anotados, temiendo que el hecho vuelva a suceder. En la República Checa, como en Alemania, hubo judíos que se veían a sí mismos como “checos hijos de la religión de Moshé”, los cuales crearon una división entre su identidad nacional-cultural y su identidad religiosa. Dicho esquema aún sigue presente en los judíos de hoy en día. Más aún, incluso durante el gobierno comunista no era bueno ser judío en forma abierta. Quien iba al Beit Hakneset era llevado a la policía secreta para ser investigado, y tales cosas crearon gran temor al judaísmo y al Beit Hakneset.

Sin embargo, incluso después de la Segunda Guerra Mundial, y 50 años de comunismo, la comunidad no desapareció y como el resto de las comunidades judías del mundo, la misma se encuentra en un proceso de despertar. Muchos descubrieron su identidad judía tan solo después de 1989, con la caída del comunismo. Los judíos que viven en Praga en la actualidad, se encuentran relacionados con la historia cercana y lejana de la ciudad y la comunidad, dado que es difícil vivir en una ciudad tan esplendorosa y conmovedora sin estar relacionados con su pasado y su presente.

La comunidad comienza a recrear su vida judía y a realizar actividades educativas. La misma cuenta con un jardín de infantes y un colegio llamado Gur Ariéh (en nombre del libro del Maharal de Praga, por supuesto). Asimismo, hay en la comunidad una sinagoga, clases de Torá, servicios religiosos, servicios sociales, un geriátrico, actividades culturales y demás. En estos momentos, la comunidad judía construye un geriátrico monumental, dado que hay muchos ancianos en la comunidad, entre ellos sobrevivientes de la shoá, y la comunidad los respeta mucho. Sobre el despertar comunitario, a nivel de identidad y religioso, se encuentran a cargo el Gran Rabino de la República Checa, el Rabino Efraim Sidón, el Rabino Moshe Koler (egresado del Instituto Straus-Amiel), y el enviado de Jabad en Praga.

Uno de los personajes más coloridos en las calles del cuarto judío y las sinagogas, es Rabí Sholem Alter Foiershtein. Dicho judío, hoy en día de 89 años, resume con sus años lo que le sucedió a la comunidad judía de Praga en las últimas generaciones. Rabí Sholem nació en Ucrania, y durante los años del gobierno comunista se ocupó de fortalecer a las sinagogas, siendo apresado por tal hecho. Durante la shoá estuvo en un campo de concentración, y luego de la misma regresó a la ciudad y fue uno de los renovadores de la comunidad. Hasta hoy en día es posible verlo en todas las plegarias matutinas y vespertinas en el Beit Hakneset. Hace un año, a los 88 años, Rabí Sholem tuvo el mérito de casarse por… primera vez. Rabí Sholem, es sin duda alguna, parte de los símbolos de la renovación de la comunidad judía de Praga.

Rabino Eliahu Birnbaum